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Banco Popular pierde 3.485 millones al provisionar el ladrillo

Ángel Ron, al dejar la presidencia: «Valía la pena y vale la pena preservar la independencia del banco»

Vídeo: Popular pierde 3.485 millones en 2016 Europa Press
Moncho Veloso

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Banco Popular da comienzo este viernes a una nueva etapa reconociendo para ello los mayores números rojos de su hitoria. La sexta entidad financiera del país cerró el ejercicio 2016 con unas pérdidas de 3.485 millones de euros al destinar un total de 5.692 millones a limpiar y reforzar su balance, sobre el que pesaba el lastre de un negocio inmobiliario ruinoso. «Estos números, lejos de complicar el futuro del banco, lo aclaran» , ha dicho en rueda de prensa el presidente saliente del banco, Ángel Ron, que tras su dimisión el pasado diciembre será sustituido el próximo día 20 por Emilio Saracho .

La entidad entró tarde y mal en la financiación y promoción inmobiliaria, pues lo hizo en el pico de la burbuja y a unos precios excesivos. Eso, junto con la adquisición sin ayudas públicas de Banco Pastor en octubre de 2011, se convirtieron en una losa para las cuentas del Popular, que en los últimos años ha tenido que apelar tres veces a los accionistas para elevar su capital en 5.400 millones de euros. La última, celebrada el pasado mayo y en la que captó 2.500 millones, le ha servido precisamente para reconocer y provisionar mayores pérdidas ligadas al ladrillo.

En concreto el banco ha provisionado 4.200 millones de euros para cubrir la morosidad crediticia y los inmuebles adjudicados . Además, y tras las sentencias sobre las cláusulas suelo y el mecanismo extrajudicial puesto en marcha por el Gobierno , ha dotado 229 millones para atender reclamaciones por cláusulas suelo , elevando la cobertura de ese contigente a 579 millones, pues en 2015 ya había reservado 350 para ello. Otro impacto extraordinario es de 240 millones por las pérdidas en su participada Targobank , entidad que desarrolla junto a Crédit Mutuel. Por último, los resultados del Popular contemplan el gasto extraordinario de 370 millones que le ha costado el proceso de reestructuración por el que ha despedido a más de 2.592 empleados y cerrado 300 oficinas .

La actual dirección del banco ha explicado que además de estos saneamientos, el Popular continúa trabajando en desinversiones de negocios no estratégicos, como la de su filial en Estados Unidos, Totalbank, la venta de inmuebles y la enajenación de activos improductivos a través de un banco malo, el llamado «Proyecto Sunrise» , pendiente todavía de las autorizaciones regulatorias. «Sin todo eso este banco obtiene beneficios y la mejora de sus márgenes se consolidará en los próximos trimestres», ha dicho el consejero delegado, Pedro Larena, quien ha recordado que excluido el negocio inmobiliario la entidad ganó 998 millones.

Lo cierto es que el margen de intereses del banco creció solo en el cuarto trimestre un 3,4%, la facturación por comisiones un 5,5% y la entidad demuestra pulso comercial en la comercialización de seguros, fondos de inversión y crédito. Sin embargo, en el conjunto del ejercicio el Popular sufrió una caída generalidad de todos sus márgenes, de forma que los ingresos totales del banco retrocedieron un 17,6%. Aun así, Ron ha defendido las fortalezas de la entidad, como su liderazgo en pymes y empresas, y avanzado que a partir de ahora el Popular será un banco más sencillo.

Ron hace balance de su gestión

Ángel Ron se ha despedido públicamente de la presidencia del Popular haciendo balance de sus diez años como presidente y en los que apenas se ha atisbado algo de autocrítica. «Dejo la presidencia con la tranquilidad del deber cumplido» , ha afirmado. El banquero admitió que el banco, bajo su gestión, entró tarde y mal en el negocio inmobiliario, pero lo justificó por la presión competitiva del mercado y aclarando que todo es más fácil de analizar desde un punto de vista retrospectivo. Pero aparte de eso, el alto ejecutivo ha achacado buena parte de la situación del Popular a la elevada presión regulatoria y a las dificultades de competir con muchas otras entidades financieras apuntaladas con ayudas públicas. Y sobre la evolución de la acción, en mínimos históricos, culpó a los mercados de no poner en valor esas fortalezas del negocio del Popular y a los inversores bajistas de especular con los títulos del banco.

«Algunas entidades tendrán que devolver esas ayudas algún día, y cuando lo hagan veremos cómo queda la foto del sector», ha dicho Ron, quien ha rechazado valorar si el Popular protagonizará o no alguna fusión en el futuro porque esa decisión, ha recordado, corresponderá a otro consejo de administración distinto del suyo. En todo caso, el banquero sí ha defendido que bajo su batuta la entidad se haya mantenido independiente y ha asegurado que, a día de hoy, puede seguir en solitario. «Valía la pena y vale la pena preservar la independencia del banco», dijo al principio de su intervención. «Hoy por hoy el Popular puede decidir lo que quiere hacer» , añadió despúes antes las continuas preguntas de los periodistas sobre la posibilidad de que sea absorbido por un competidor mayor.

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