La travesía atlántica de Pasanau en un barco autoconstruido

La Mini Globe Race ha sido su apuesta, una vuelta al mundo relativamente asequible, en solitario y con escalas, por la ruta de los alisios. Se corre en barcos de la clase 5.80: embarcaciones más pequeñas que los Mini, de 5,80 metros de eslora, y que encima son autoconstruidas por los propios navegantes.

Así que Pasanau encargó los planos y empezó a construir su nuevo Peter Punk, que es el nombre con que bautiza a sus unidades. «Es un barco muy incómodo, es un bote y apenas corre. Tiene mucha estabilidad, eso sí, está hecho para aguantar, es mucho más fuerte que un Mini. Tiene tres compartimentos estancos, de manera que es insumergible», ha explicado Pasanau. Un bote insumergible con el que aspira a cumplir su sueño.

La salida de esta vuelta al mundo es el 23 de febrero desde Antigua. Panamá, Fiji, Ciudad del Cabo, Recife y vuelta a Antigua es la ruta propuesta. «La regata se hace en cinco etapas porque es un barco muy pequeñito y no podría estibar toda la comida y el agua que me haría falta durante la circunnavegación. Iremos tan poquito a poco que necesitaremos quince meses para hacerla», ha informado la navegante antes de partir a bordo del Peter Punk rumbo a Lagos, en Portugal. Desde aquí sale hoy la Globe 5.80 Transat, la regata transatlántica previa a la vuelta al mundo.

Las 3.600 millas náuticas de esta travesía llevarán a Pasanau y a otros once navegantes desde Lagos hasta Antigua, con parada en Lanzarote. «De momento voy a correr la Globe 5.80 Transat y me plantaré en Antigua. Pero solo podré participar en la Mini Globe Race si consigo el patrocinio necesario para adquirir el material de seguridad que exigen».

Es una última barrera para poder cumplir su sueño, pero su determinación está intacta: «He navegado toda mi vida, y participar en esta regata es un sueño. Estoy preparada para disfrutar cada momento de esta aventura».