Tenis
Matteo Berrettini, de las lágrimas por las lesiones a la felicidad de medirse con Alcaraz en Wimbledon
El italiano, finalista en 2021, no tenía seguro jugar esta edición tras casi dos años de lesiones y se cita este lunes con el español en octavos. «Si me dicen antes de empezar que podría jugar cinco días seguidos, lo hubiera firmado con sangre»
Alcaraz derriba una torre llamada Jarry camino de octavos
Londres
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Iniciar sesiónVuelve Matteo Berrettini a encontrarse cómodo en una pista de tenis. Cómodo y sin dolores, después de un año y medio lleno de altibajos en los que aquellas expectativas confirmadas en las finales del Mutua Madrid Open y de Wimbledon 2021 se fueron difuminando.
Berrettini, 27 años y ahora 38 del mundo, llegó a estar en el puesto número 6 gracias a ese 2021 en el que arrancaba los más elogiosos comentarios, especialmente por su servicio y su derecha, y porque parecía ser de los pocos que encontraba afinidad absoluta con la hierba.
Pero a partir de las semifinales del Abierto de Australia, que perdió contra Rafael Nadal, el italiano fue encadenando problemas. Se retiró en Acapulco y decidió no participar en el Masters 1.000 de Miami por precaución. Sufría un problema en la mano derecha, de la que tuvo que operarse, y no pudo reaparecer hasta pasada la temporada de tierra batida. Pareció olvidar los problemas en su vuelta a sus queridas pistas de hierba: campeón de Stuttgart y de Queen's, -no jugó en Wimbledon por Covid-, y con los cuartos en el US Open se auguraba la vuelta definitiva, pero el inicio de 2023 no fue todo lo regular que esperaba.
Perdió en primera ronda en Australia y hasta pasó por el circuito challenger para volver a coger ritmo después de otro parón en marzo. Volvieron a surgir los problemas en Montecarlo, donde abandonó antes de su partido de octavos ante Holger Rune. «Sentí algo de dolor en el músculo oblicuo durante el partido de ayer y el dolor empeoró por la noche. Consulté a mi equipo médico y decidimos hacernos una resonancia esta mañana: tengo un desgarro de grado 2 en el músculo oblicuo interno». De nuevo, adiós a Madrid, Roma y Roland Garros.
Reapareció esta vez en Stuttgart, pero no se iban los días grises. «Pensaba que estaba listo, pero se ha visto que no lo estoy. He trabajado muy duro para recuperarme de mi última lesión y no poder volver como el año pasado es difícil de procesar. Pero necesito ser realista, mi mejor nivel tomará tiempo y partidos. Estoy trabajando y los resultados seguirán. Estoy completamente concentrado en hacer todo lo que pueda para estar listo para Queen's», explicaba en redes sociales después de admitir que esa derrota ante su compatriota Lorenzo Sonego también le había causado más de una lágrima por la noche. Pero en Queens, otro batacazo, se retiraba antes de salir a jugar su primer partido ante . «Las lesiones me hicieron perder el gusto por el tenis. Pasé días en la cama pensando en los torneos que me perdí, las lesiones que tuve, la tristeza que sentía. Pensé 'tengo que volver y sentirme vivo cuando juego».
Y desde esa tristeza y con apenas unos días de entrenamiento, se planta en la cuarta ronda de Wimbledon en todo su esplendor; sin hacer ruido, pero con un tenis atronado que ha conseguido apartar del camino a Sonego, Alex de Miñaur y Alexander Zverev. Y en cinco días consecutivos de tenis por las cancelaciones por la lluvia. «Si me llegan a decir que iba a jugar cinco días seguidos en Wimbledon lo hubiera jurado con mi sangre. No estaba seguro siquiera de que podría jugar aquí. Vine pensando que a lo mejor el ambiente me ayudaba un poco, pero no estaba seguro. Y no porque no quisiera, sino porque en un Grand Slam hay que estar muy bien física, mental, emocionalmente… muchas cosas. Y la voluntad no es suficiente. Lo pensamos con el equipo y me dejaron decidir. En realidad, no estaba listo, pero pensé en todos los torneos que ya me he perdido y no podía dejar irme de aquí sin intentarlo». Y esa es la energía que tiene ahora el italiano, que se enfrenta a uno de los mayores retos del circuito: este Carlos Alcaraz de 2023.
Se han enfrentado en tres ocasiones y dos cayeron del lado del español: Viena en 2021 por 6-1, 6-7 (2) y 7-6 (5) y Río de Janeiro 2022 por 6-2, 2-6 y 6-2, pero para el italiano fue la única victoria en un Grand Slam, en el Abierto de Australia, y con otro duelo al límite: 6-2, 7-6 (3), 4-6, 2-6 y 7-6 (5).
«Jugar contra Carlos es siempre un placer, una gran batalla. Siempre damos lo mejor de nosotros. Él es el número 1, así que es el mejor jugador del mundo. Es un gran reto, pero estoy contento de tener esta oportunidad ahora. Recuerdo verlo jugar en Roland Garros por la tele y ahora voy a jugar contra él. Creo que sí, eso me va a ayudar a encontrar esa energía extra».
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