Opinión
García de Loza, Gracia Redondo y... Hernández bis
El error arbitral fue grande, grave y puede ser decisivo. Zidane regaló una mitad
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Iniciar sesiónAntes se diría que fue un penalti como una catedral, ahora podemos decir que fue un penalti como el agujero de la deuda, un penalti como el salario del Cholo Simeone; que fue un penalti como la empanada comunicativa del Madrid, un penalti como una ... viga del nuevo Bernabéu, que tendrá retráctil el césped y el techo, igual que es retráctil el criterio arbitral.
Hernández Hernández, Hernández bis, vio la mano de Felipe, pero decidió interpretar lo visto.
Sin el VAR, Gracia Redondo o García de Loza fingían ser ciegos en Tenerife.
Con el VAR, la interpretación se impone a lo visto. ¡Es la hermenéutica arbitral de las imágenes!
Por eso lo importante para los árbitros ahora no sería un test de agudeza visual sino un test de Rorschach:
–¿Qué ve aquí?
–Una copa de Europa en blanco y negro.
–¿Y aquí?
–Una ciudad deportiva recalificada
La interpretación
Que estaba jugando mejor el Atlético lo prueba que el Madrid, que lo más peligroso que tiene es el juego aéreo, tirara su primer córner en el minuto 40. Lo que ocurrió entonces es conocido. Una trayectoria, una mano clara de Felipe, una pelota desviada y (pequeño detalle) un Casemiro detrás. Un penalti tan claro que el VAR llamó al árbitro. Le pusieron las imágenes y se resistió todo lo que pudo a que el estímulo de la sensación subiera por el nervio óptico hasta el cerebro. Que el VAR le ponga a un árbitro unas manos claras en el área y que el árbitro interprete que no son las manos las que van al pan, sino al revés, solo puede ocurrir si el favorecido es el Atlético o si están por medio Hernández Hernández y el Madrid.
Pues dos amenazas estadísticas tenían los blancos antes del derbi: Suárez, que llevaba cinco partidos sin marcar, lo cual era ya mucho, y el árbitro, una especie de Pérez Royo del reglamento.
Hernández Hernández realmente es Hernández Hernández Hernández Hernández Hernández Hernández Hernández Hernández Hernández Hernández Hernández Hernández Hernández Hernández… y será Hernández tantas veces como sea necesario, pues no hay nevera para él sino más conciertos de pito con el Madrid, hasta que le den un Gamper, un puesto de analista arbitral en un programa o alguna insignia de oro y brillantes.
Lo más curioso del decisivo error del árbitro, que puede valer una Liga, es que aún así despertará el victimismo del colchonerismo mediático, que funciona en Madrid como una especie de minoría cultural sometida a discriminación positiva. En una tertulia política tiene que haber siempre un catalán y en una tertulia deportiva un rojiblanco. Veremos aparecer manos madridistas hasta de Santamaría y es muy probable que nos convenzan de que en la jugada anterior a la jugada anterior a la jugada anterior al córner hubo una falta de Mendy que aviesamente Hdez. bis, pitañero y hermeneuta, decidió pasar por alto.
Por lo demás, el partido confirma algo que se suele ocultar: el derbi no tiene mucha historia. Simeone equilibró estos partidos, un mérito histórico, pero Zidane devolvió el dominio al Madrid. Desde que perdió contra el Atlético en febrero de 2016, con un mes en el banquillo, no lo ha vuelto a hacer en Liga. En realidad, Simeone solo le ha ganado a Zidane en agosto: la supercopa europea y aquel amistoso americano. Lo demás, como diría Gil, es chau chau, intriga y emoción para que en los días previos salga el simpático alcalde hasta en Radio Macuto a presumir de no ser del Madrid, única ideología clara que se le conoce o de la que es licito presumir sin moderación.
Zidane no pierde derbis, es más, le han servido para fortalecer a su equipo, que se iba redefiniendo ante un gran rival cercano. Esa primera derrota en 2016 aseguró a Lucas y Casemiro, luego reforzó con Isco el 4-4-2 que triunfaría en el Calderón antes de hacerlo en Cardiff, y el año pasado probó con Valverde en Liga y los cinco medios en la Supercopa. Los derbis sirvieron para que el Madrid se hiciera más fuerte, más sólido, casi como un reconocimiento al Cholo. Al Barça le cogió el toque, al Atleti la solidez.
Hubo 'zizanda'
Y ese fue el fallo en este partido, olvidarlo en nueva ‘zidanada’ incomprensible. El gran gol del Atlético vino de un desafuero en la banda izquierda. Mendy resolvía el problema a la espalda de Marcelo, pero Zidane se inventó uno a la espalda de Mendy, dejándolo arriba para que hiciera de Vinicius, de acarreador de la pelota.
Zidane optó por un 4-3-3 débil con Asensio y Rodrygo. En la ida jugaron en esos puestos Lucas y Vinicius, que volvió a hacer contribuciones que no le computarán. El Madrid mejoró con él y con Valverde en un mediocampo de cuatro, y empató un partido que, según los antecedentes, no podía perder, y que quiso ganar con argumentos como Asensio, que solo entiende Zidane.
Con el empate, el Madrid no puede darse por muerto, tampoco por favorito. Es el eterno hacer la goma de este equipo que se va y se va y se va, como dice la canción, pero no se ha ido.
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