Amancio aconseja a Rodrygo

Amancio jugó en el Real Madrid desde 1962 a 1976. Tiene experiencia y una calidad inolvidable como futbolista para aconsejar bien : «A Rodrygo le digo lo que nos advertía Don Santiago (Bernabéu) a todos nosotros: "Humildad, humildad, continuar progresando y demostrar vuestras cualidades en el Real Madrid". Tenía toda la razón, la que da la experiencia y el conocimiento».

Elogia al brasileño: «Rodrygo da la sensación de estar bastante centrado a sus 18 años. Lo vemos en su manera de celebrar los goles. Lo hace de forma comedida, sin montar un espectáculo. Pienso que él sabe que todavía le falta mucho recorrido por hacer en el Real Madrid y parece estar al lado de muy buenos consejeros».

Destaca que tenga la familia en casa: «Es muy bueno que el chico viva en Madrid con sus padres y con sus hermanos. Se siente en casa y solo puede echar de menos no estar en Brasil, en su país, pero no echa de menos a su familia. Aquí no está solo, se siente apoyado, arropado y eso es muy importante para un muchacho tan joven. Da muestras de ser una persona muy sensata, en su sitio, prudente, y eso es lo mejor para poder hacer carrera en un club como el Real Madrid».

Le define como delantero: «Desde el punto de vista futbolístico es un jugador inteligente, con buen «dribling» y que siempre se mueve cerca de la portería, va de cara a ella».

Y le exige un paso más, el decisivo: «Hay una cuestión que debe atacar. Me gustaría verle encarar al adversario. Hasta ahora no lo ha hecho, ha asegurado más el balón, y debe empezar a encarar al rival, que es una virtud muy necesaria en nuestro fútbol actual. Quiero verle regateando a un contrario, pues tiene ese «dribling» y debe enseñarlo ante todos. Es la hora de arriesgar más y de mostrar todo lo que puede hacer».

Profundiza Amancio en esa exigencia hacia un futbolista con estrella de figura. «Yo no fui un extremo, yo jugaba de muchas cosas: de interior, penetrando siempre hacia dentro, y también de delantero centro. Rodrygo tiene que enseñarnos todo lo que sabe», remata Amancio.