Yamaha, con todo contra Márquez

Son cuatro años de triunfos naranjas consecutivos, con una superioridad que escuece en la marca de los diapasones. Desde aquel convulso 2015 en el que Jorge Lorenzo logró su última corona de MotoGP, personal y con Yamaha. El balear, que se retiró de la competición al finalizar el Gran Premio de Valencia 2019, es una pieza clave en este puzle que ha armado Yamaha para recuperar la senda del éxito, pues vuelve a vestirse de azul, como probador, para ofrecer su visión de cómo mejorar la M1 para frenar a la Honda.

En 2018 Lorenzo vio frustrado su sueño de ser campeón con dos escuderías tras el «despido» de Ducati, y trató de buscar un final feliz para su carrera el año pasado en Honda, pero nunca se entendió con una moto hecha para el de Cervera. Un periplo de tres años que termina donde empezó, pues nunca olvidó la Yamaha , con la que logró sus mayores éxitos. «Cuando te reencuentras con tu primer amor y vuelves a enamorarte otra vez», aseguró por redes sociales. Ayer, amplió su «idilio» sobre el asfalto: 46 vueltas y octavo mejor registro. «No ha perdido los puntos fuertes, y ya estamos trabajando en los débiles. Es dócil, no muy física, y para mi pilotaje sigue siendo ideal». Según medios italianos, el balear podría incluso participar en el Gran Premio de Cataluña con una invitación.

El tres veces campeón del mundo es, por ahora, el último de los movimientos que ha realizado la fábrica para destronar a Márquez. Antes ya ataron a Maverick Viñales , a quien consideran el piloto perfecto para pelearle al de Honda las carreras y los títulos -fueron rivales en la infancia- cuando la moto sea un poco más estable que estos últimos años.

Miran más allá, a un futuro cercano que sin duda protagonizará Fabio Quartararo , todavía hoy en el equipo satélite, pero compañero de Viñales en 2021. El francés se trabajó ese sillín en un 2019 que anuló toda inexperiencia con un desparpajo semejante al del propio Márquez, a quien plantó batallas hasta la última vuelta en Tailandia, Japón o Valencia.

En medio de esa jugada, a punto de los 41 años, Valentino Rossi , que ha pedido paciencia y tiempo para decidir sobre su futuro. El ascenso de Quartararo lo bajará de la Yamaha principal, pero solo él decidirá si tiene cuerpo y pasión para mantenerse activo aunque sea en un segundo plano.

El que sigue a su ritmo es Marc Márquez , de estreno ayer con su compañero de equipo, Álex Márquez, en la presentación del equipo Honda en Yakarta. «Contento por volver a activarte, vuelven las mariposas en el estómago. No estoy físicamente como me gustaría, porque la recuperación del hombro derecho está siendo lenta », indicó el hermano mayor. Y sobre Lorenzo, argumentó: «Irá muy rápido. Será interesante verlo tras haber trabajado tan duro con Honda».

«Ya he tenido esa sensación especial de pisar el box por primera vez y ahora presentar al mundo lo que es este equipo, que hace realmente sentirme parte del Repsol Honda. Sé que hay mucho trabajo por hacer y muchas cosas que conseguir en este 2020, pero estoy dispuesto a dar lo mejor de mí», señaló el hermano pequeño. Una temporada de estreno en el «Márquez Team» en el que Yamaha lo apuesta todo por llevarse el premio: destronar al seis veces campeón de MotoGP.