El frágil antebrazo que frena a Pedrosa

Sin embargo, él mismo reconoce que no lo tiene fácil: «Ahora mismo es difícil imaginar cuál será». «En el síndrome compartimental, el tejido que recubre el músculo no se distiende lo suficiente, con lo que la sangre no circula con normalidad, comprime la microcirculación y provoca dolor e impotencia para manejar con soltura y precisión el miembro afectado», analiza a este diario el médico José González, experto en traumatología deportiva y en tratar a deportistas de élite. Si bien es cierto que con el descanso el problema desaparece, «en cuanto se somete de nuevo a mucha carga de trabajo, reaparece y provoca las mismas molestias».

El doctor explica que es frecuente en los motoristas, y que muchos se han «curado» tras pasar por el quirófano: «Desaparece en la mayoría de los casos, porque en la operación se liberan las fascias, los tejidos afectados. Pero Pedrosa lo tiene complicado, ya que tras dos intervenciones no ha solucionado el caso. Aparte de la cirugía no hay otros tratamientos alternativos para esta dolencia».

Livio Suppo, director de comunicación de Repsol Honda, habló en Losail casi de un milagro: «El doctor Xavier Mir -que operó a Pedrosa de esta dolencia en 2014- confirmó que había una operación que solo realiza un cirujano holandés, pero es muy invasiva». Lo que quiere el piloto, y su equipo, es que recupere su mejor versión sin dolores. Una lacra que el bicampeón del mundo de 250cc arrastra desde que entró en la máxima categoría hace diez años. No ha pasado un curso sin sufrir más de un percance de gravedad. En 2006 se operó del síndrome compartimental del antebrazo izquierdo. En 2008 pasó por el quirófano para tratarse las dos rodillas y se produjo fracturas en ambas manos. Hasta tres operaciones sufrió en 2010 para recomponer su clavícula izquierda. La derecha la trató en 2011 . Y el año pasado, intentó con cirugía paliar el dolor de su antebrazo derecho. Sin resultados, por el momento. Pedrosa continúa en carrera.