La cruda realidad de una derrota en la UFC: «Ni mi padre me llamó»
Renato Moicano, que perdió en su pelea por el título del peso ligero en el primer asalto ante Islam Makhachev, relata cómo vivió su tropiezo
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Iniciar sesiónLas artes marciales mixtas (MMA) son un deporte de extrema dureza. Muchas voces apuntan a que los atletas que practican esta disciplina son, probablemente, los mejor preparados del mundo, a nivel físico, pero también mental. Y es que cuando un futbolista juega un partido ... y pierde, pocos días más tarde se puede resarcir. Pero en este deporte de combate, además de que pueden ser noqueados, las peleas se suceden cada varios meses, con el bajón que eso puede llegar a suponer. Por eso, no es extraño que surjan lo que el analista de MMA Miggy C. llama «turistas del éxito». Esto es, aquellos que están con un luchador cuando gana, pero que huyen cuando llega el tropiezo.
En definitiva, la crudeza de una derrota en esta disciplina es mayúscula. Son innumerables las situaciones en las que estos atletas se sienten muy solos tras un combate que sale mal. Ya lo dijo en su día el que fuera campeón mundial de boxeo, Maravilla Martínez. «Yo terminé la pelea con Julio César Chávez (donde ganó) y tenía 1060 llamadas perdidas y cuando perdí la última (ante Cotto) tenía 4 llamadas perdidas. Una de un desconocido y tres de mi madre. Eso puso todo en su sitio...», relató en su día el púgil argentino. Pues bien, en la UFC, la mayor liga de artes marciales mixtas del mundo, estas historias se repiten con asiduidad, pero no suelen trascender.
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Jose SorianoEl ruso sometió a Renato Moicano en el primer asalto y se convierte en el luchador del peso ligero con más victorias en peleas de campeonato. En la pelea coestelar Merab Dvalishvili defendió el cinturón
La narrativa que sí ha salido a la luz ha sido la del último retador del peso ligero de la UFC, el brasileño Renato Moicano. El peleador del American Top Team se encontró, en el UFC 311, de un día para otro, la oportunidad de disputar el cinturón ante el mejor luchador libra por libra de la compañía estadounidense, Islam Makhachev. Moicano iba a enfrentarse a Beneil Dariush en esa misma cartelera, programada para el 18 de enero, pero Arman Tsarukyan, el rival original de Makhachev, se lesionó a pocas horas del pesaje. La UFC puso su maquinaria en marcha para encontrarle rival al campeón ruso, y decidió que sería el brasileño quien obtendría la oportunidad por el título, ya que estaba allí preparado.
El resto es historia. Makhachev dominó en el primer asalto a Moicano y le sometió con una llave d'arce choke en apenas un par de minutos. Era lo esperado, el ruso es el monarca más dominante de la UFC en la actualidad. Pero lo que vino después para Moicano fue sombrío, la soledad, la escapada de los 'turistas del éxito'. «Cuando pierdes a nadie le importas... Eso es una gran verdad, ni mi padre me llamo cuando perdí...», contó recientemente el brasileño. Una cruda realidad que viven los peleadores de artes marciales mixtas y que, solo cuando uno se atreve a contarlo, es cuando hace tomar conciencia del respeto que merecen estos gladiadores del siglo XXI.
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