Una villa inacabada para España

Son 305 los deportistas que han dejado atrás las dobles sesiones de entrenamiento y ponen rumbo a su ambición olímpica. Unos 250 viajan hoy, otros lo harán más adelante, y algunos ya están allí, adecuándose a los horarios, el ritmo, el ambiente, la temperatura y las sorpresas. Y no todas agradables. «Hay desperfectos: tuberías que se atrancan, luces que no funcionan , aparatos de aire acondicionado que no dan aire, cables sueltos, pequeñas inundaciones cuando abres los grifos, hay más suciedad de la esperada... situaciones y defectos que se ven cuando empiezas a vivir en los pisos. No han llegado a tiempo para comprobarlo todo y ahora van surgiendo los problemas. Y son más de los que se encontraron en Londres 2012 o Pekín 2008», cuentan fuentes del Comité Olímpico Español desde la propia villa olímpica.

La delegación que viajó de avanzadilla se afana estos días para que los deportistas que aterrizan hoy encuentren todo en las mejores condiciones posibles, y para ello no se duda en trabajar sin descanso con fontaneros, electricistas o personal de limpieza contra reloj. Todo para que el edificio 27 en el que vivirán los españoles estos próximos días sea de verdad un hogar. Aunque no se descarta que con las maletas ya deshechas y los nervios en el armario se sigan encontrando desperfectos. «Han faltado medios humanos y materiales para tenerlo todo más a punto. Por supuesto que hubo algún cable suelto en Londres, pero no tanto como aquí. Todavía están señalizando las calles y cavando zanjas . Y quedan siete días para la inauguración. Es una situación muy difícil la que ha pasado el país, pero también es un problema para el Comité Olímpico Internacional (COI) porque debió estar más pendiente».

«Lo único que puede pasar es que todos los apartamentos no estén arreglados y se tengan que meter en otro sitio. Yo espero que cuando lleguen nuestros deportistas, esté todo arreglado», deseó ayer Alejandro Blanco , presidente del COE. La organización de Río 2016 indicó que estos desperfectos pueden ser debidos a «aislados casos de sabotaje» de algunos trabajadores descontentos. Sea esta la causa o no, lo cierto es que a falta de una semana para que se encienda el pebetero, los españoles aterrizan en una ciudad en la que reina cierto caos. No obstante, nadie en la delegación se plantea elegir otro lugar para vivir los Juegos con toda intensidad.

No solo en la ciudad olímpica ha faltado tiempo para comprobar que todo funciona correctamente. Algunas sedes no se han probado con espectadores y competición real. Y tampoco algunas líneas de metro, cuyo uso se restringirá a deportistas, periodistas y demás personal olímpico, y no estarán disponibles para el público en general.

Más allá de cables sueltos y tuberías atascadas, el zika, las aguas o la seguridad siguen preocupando. Aunque en la Federación de Piragüismo creen que todo estará más tranquilo cuando comience la lucha por las medallas: « En eslalon no pasa nada , es un canal nuevo y las aguas en movimiento disminuyen la presencia de mosquitos y basura. La laguna Rodrigo Freitas sí que parece que tiene más problemas al ser agua estancada. Aunque Saúl Craviotto y Cristian Toro estuvieron el año pasado y no notaron nada tan raro. Veremos. Pero también pasó lo mismo en Londres y ocurre en otras competiciones a lo largo del año, pero que no tienen la relevancia de unos Juegos». Es la cita olímpica, la más esperada por todos. Ni siquiera el caos podrá con su ilusión.