Ramos Marcos: arbitro de carácter y comentarista mediático

Ramos Marcos, salmantino de pro, comenzó a arbitrar con 22 años, después de que una lesión le impidiera seguir jugando en el Peñaranda. En aquella época, el profesionalismo era una quimera, así que tenía que hacer encaje de bolillos para compaginarlo con su trabajo como inspector de seguros. Quiso labrarse una carrera vestido de negro y lo consiguió. A Primera llegó en la temporada 79-80. Su debut fue en el antiguo estadio de Sarriá, con un Español-Zaragoza. Se despidió trece temporadas después en Atocha, otro campo mítico que hoy ya no existe, en un Real Sociedad-Sevilla con Maradona en el terreno de juego. Pudo haber seguido, pero prefirió marcharse siendo internacional. «Ya no me queda nada por hacer en este mundillo», dijo entonces.

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En su trayectoria dirigió más de 150 partidos de la máxima categoría, incluidos siete clásicos entre el Madrid y el Barça. Se le tachaba de madridista, pero no se le recuerda ninguna polémica en esos duelos. Sí tuvo sus más y sus menos con Jesús Gil, aunque hasta el polémico dirigente rojiblanco reconocía su carácter. «Siempre tuve claros cuatro conceptos -diría años después el colegiado-: cabeza fría, aplicar el espíritu de la regla, acertar el mayor número posible de decisiones y no fallar en las áreas». Así le fue bien. Entre sus logros está el haber pitado tres finales de la Copa del Rey.

Ramos Marcos, como demostraría también en su siguiente faceta, disfrutaba de los grandes escenarios. «Prefiero un campo lleno de público». Al retirarse, siguió enfrentándose a enormes audiencias, esta vez desde los medios de comunicación. Fue uno de los primeros comentaristas arbitrales, encargado de analizar la labor de sus compañeros en 'Lo que el ojo no ve', programa pionero en Canal Plus. Más tarde, hizo dueto en Punto Radio con Pedrerol y alcanzó el estrellato en 'Punto Pelota' . En esos programas, su función ya iba mucho más allá de limitarse a decir si había o no penalti.

«No hay partido de fútbol aburrido», aseguraba Ramos Marcos, enamorado de un deporte que le dio todo en la vida. «He tenido mucha suerte de encontrar esta vocación. He conocido a muchas personas y he hecho buenos amigos».

Con 78 años y alejado ya por completo del ruido, Ramos Marcos falleció el pasado viernes víctima de un infarto.