Mbappé desequilibra el anodino tercer y cuarto puesto contra Alemania

Por una de esas cuestiones irracionales que tiene el fútbol, la selección de Francia se impone a la de Alemania en la primera parte. Un gol de Mbappé marca de la casa, bien embolsado el balón, el giro y el disparo y el tiro a la red, pone en ventaja a los galos después de un periodo dominado por los germanos.

El equipo de Nagelsmann salió con verdadero ímpetu para acosar la portería de Maignan. En especial los desmarques y los regates de Adeyemi hicieron mucho daño a su rival, que se defendió como pudo de lo que estuvo a punto de acabar en goleada.

Fue una sucesión de ocasiones alemanas con alguna respuesta a la contra de Francia, siempre bien resuelta por Ter Stegen. La tuvieron Woltemade, Adeyemi y Goreztka antes de que el árbitro señalase penalti por un presunto derribo a Adeyemi que el VAR demostró inexistente. Se había tirado el delantero.

La segunda mitad deparó similares síntomas de juego, la renovada selección teutona lanzada en tromba al ataque sin mucho claridad en su fútbol. Muchos saques de esquina al barullo del rechace y poca elaboración.

Los germanos no se repusieron del error arbitral que anuló el gol de Undav por una faltita del fútbol moderno, de Fullfrug a Rabiot, que bien pudo ser carga legal. Demasiada flojera en nuestros días.

El duelo quedó en un mano a mano entre Mbappé y Ter Stegen, pleno de oportunidades para el francés que no consiguió repetir pese a la secuencia a favor por la gran participación del portero del Barcelona, quien se lució en una media chilena del delantero del Madrid.

Los alemanes, ya con Kimmich en el eje, no lucieron por su brillantez y acabaron fulminados por un error de sus defensas que Mbappé exprimió a la carrera para dar el pase a puerta vacía y el gol de Olise.