La sucursal sur del Madrid

En el Getafe, hasta el presidente, Ángel Torres, es un madridista confeso que presume de carné de socio sin miramientos, tan pasional que hasta incluso se ha atrevido a opinar sobre lo que sucede en Concha Espina. Sin embargo, es tan incuestionable su profesionalidad y su dedicación al club que preside como el de cualquier futbolista azulón que haya crecido en el Madrid, un vivero de jugadores que tiene representación en casi todos los equipos del territorio nacional. El caso es que, desde que el Getafe está en Primera, y de eso hace ya siete años, han pasado por el Alfonso Pérez hasta quince jugadores formados en Chamartín y más de uno ha sido repescado por los blancos, léase el caso de Rubén de la Red o Granero.

No hay más de 30 kilómetros desde el Bernabéu al Coliseo, pero sí un mundo en la magnitud de ambas entidades. Dar el salto al primer equipo del Madrid está al alcance de muy pocos y con la llegada del Getafe a la elite se abrió una ventana idílica a muchos para tener minutos en la máxima categoría sin moverse demasiado de su entorno. Y todo alimentado por las evidentes buenas relaciones que mantienen las directivas de ambas instituciones.

Pulido y Tena fueron los primeros en coger un taxi rumbo al sur de la capital —Belenguer, que cuando era un chaval estuvo en el C del Madrid, ya estaba ahí— y luego le siguieron en manada los descartes de la Casa Blanca: Paredes, Riki, De la Red , Granero, Sousa, Soldado, Adrián González (hijo de Míchel), Parejo, Miguel Torres, Codina, Mosquera y Borja Fernández completan la lista de esta delegación.

El banquillo también tiene un deje blanco. Ahora da órdenes Míchel con la ayuda de Esnáider, pero antes se sentaron ahí Quique Sánchez Flores, Bernd Schuster y Michael Laudrup , todos ellos con pasado madridista. El único entrenador del Getafe desde que está en Primera que no ha jugado en Chamartín es Víctor Muñoz.