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Eurocopa

Dinamarca: el abrupto final de un cuento de hadas

Enfado por el arbitraje, decepción y tristeza por no poder dedicar la final a Eriksen, pero ante todo orgullo danés tras la cruel derrota ante los ingleses

Kasper Schmeichel EFE

Ignacio Tylko

Ni siquiera el gigante Kasper Schmeichel, quien demostró con su colosal actuación ante Inglaterra en Wembley que no es solo el hijo de un histórico portero sino otro guardameta de tronío, pudo impedir el abrupto final del cuento de hadas de los daneses en esta Eurocopa. Iniciaron el campeonato con el susto de muerte por el paro cardíaco de su faro Christian Eriksen ante Finlandia, continuaron con dos derrotas, pero se inspiraron en su estrella para crecerse, vencer a Rusia, Gales y República Checa y alcanzar las semifinales ante los anfitriones.

Pese a adelantarse con el golazo de falta de ‘Damsinho’ que sacó los colores al excéntrico Jordan Pickford y caer en la prórroga, víctimas de ese penalti provocado por Raheem Sterling que engañó al árbitro de los Países Bajos Danny Makkelie y también confundió al VAR, los vikingos impartieron una lección maravillosa de orgullo, saber perder y ‘fair play’ en el templo del fútbol.

Quizá porque cuatro de sus titulares del miércoles jugaban en Inglaterra –Schmeichel en el Leicester, Vestergaard en el Southampton, Christensen en el Chelsea y Hojbjerg en el Tottenham–, evitaron caer en la tentación de referirse a una Eurocopa peligrosamente preparada para los ‘Three Lions’, que diría el Cholo Simeone. Seis de siete partidos en casa, trabas para viajar a los seguidores procedentes de otros países, cuarentenas, arbitraje casero... Demasiadas ayudas a Inglaterra en la Eurocopa sin fronteras .

Dinamarca regresó a unas semifinales del máximo torneo europeo de selecciones tras las que pisó en 1992, cuando se proclamó campeona con la generación ‘Danish Dynamite’, y vendió carísima su derrota. Su seleccionador, Kasper Hjulmand, aplaudió a sus jugadores por su Eurocopa tras la dolorosa eliminación ante los ‘Three Lions’.

«Bravo a Inglaterra por pasar a la final. En primer lugar quiero felicitar a mi colega Gareth (Southgate, el seleccionador inglés) por la manera en la que ha trabajado, sobre todo con jugadores jóvenes, y por los valores que ha inculcado al equipo. Ha tenido un gran desempeño en una función difícil», señaló Hjulmand en una conferencia de prensa telemática.

«Nosotros estamos muy decepcionados y es muy duro para mí hablar ahora. Quizás sea más sencillo en unos días. Estuvimos cerca de la final», lamentó. Hjulmand habló también de la gran polémica del partido. «He leído en la prensa que no tendría que haber habido penalti, así que eso me enfada. Estoy decepcionado» , señaló, sin hurgar tampoco demasiado en la herida ni pensar en esas conspiraciones más típicas entre los malpensados latinos.

«No tengo palabras para decir cuánto admiro a este cuerpo técnico y a los jugadores. Hemos atravesado infinidad de problemas. Tenemos dos jugadores han salvado a un compañero (Christian Eriksen) y hemos hecho un buen fútbol», resumió.

Futuro esperanzador

Hjulmand se ilusionó con lo que el futuro puede deparar a Dinamarca. «Nuestro futuro está lleno de esperanza. Estos chicos son increíbles y todo el país puede estar orgulloso de ellos. Es un equipo increíble, que ha hecho un trabajo increíble y que se ha ganado el respeto de todo un país», sentenció.

Por su parte, el capitán danés, el exsevillista Simon Kjaer, admitió la decepción de su equipo tras perder de manera cruel en semifinales y poner fin a «una aventura fantástica». «Siento que haya terminado, pero así son las cosas. El apoyo que hemos recibido superó todo lo esperable», comentó a la televisión DR1 Kjaer, que tuvo la desgracia añadida de marcarse un gol en propia meta en Wembley.

«Estoy orgulloso, pero también decepcionado por no haber podido llegar a la final», afirmó. «Si hubiéramos estado más incisivos en algunas ocasiones en la primera parte podríamos haber marcado ese gol que nos diera más ventaja», estimó sobre las oportunidades de su equipo después de haberse puesto por delante contra todo pronóstico en Wembley.

También habló con la cadena DR1 su compañero Pierre-Emile Hojbjerg. «Estoy casi sin palabras. Es difícil decir nada. Estoy orgulloso de este grupo y de los que han participado en la aventura . Ha sido un placer», aseveró. «Hubiera sido extraordinario ir más lejos, pero ha sido una maravilla luchar al lado de estas personas», afirmó.

El barcelonilsta Martin Braithwaite, revalorizado en este torneo, se mordió la lengua pero fue el más explícito en sus quejas. «No hay nadie a quien culpar por el penalti porque no lo hubo», sorprendió. «Hay que tragarse eso. No creo que haya sido del todo justo, pero tengo que tener cuidado con lo que digo». Dinamarca regresó a Copenhague con la cabeza alta.

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