Su equipo técnico, su otra familia
Trabajo en la sombra. Grande, Otxotorena y Miñano son los hombres de Del Bosque, partícipes definitivos del éxito desde el otro lado del telón
JOSÉ PABLO GONZÁLEZ
El mundo del fútbol, en general, resulta bastante selectivo e injusto en muchas ocasiones. El goleador se lleva la gloria mientras que el mediocentro defensivo se harta a correr para destruir el juego contrario. Pero eso no se ve. Vicente del Bosque, a pesar de ... su normalidad y ausencia de excentricidades, centra siempre toda la atención, por lo que el resto de su equipo técnico, el equipo técnico campeón del mundo, queda reducido al anonimato más absoluto.
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Toni Grande es el fiel escudero. El consejero leal. Tan leal, que si bien volvió al Real Madrid de la mano de Capello en la temporada 2007, voló en cuanto escuchó la llamada de Del Bosque para entrenar al equipo nacional. Tan leal que cuando Vicente se fue a entrenar a Turquía, al Besiktas, en 2002, se marchó con él... Toni Grande es el encargado de trabajar en los aspectos técnicos y tácticos del equipo, y de trasladarles muchas de estas ideas a los jugadores. Trabajador y reflexivo, Grande representa los mismos valores de humildad, seriedad y serenidad que el seleccionador. Compañeros de la vida y de otros quehaceres como el pádel, Del Bosque y Grande lo fueron por primera vez como jugadores en el Real Madrid de 1970. El valenciano debutó antes, en la temporada 68-69, conquistando el título de Liga. El segundo de a bordo es, por tanto, el auténtico consejero en la sombra del seleccionador español.
La confianza de los jugadores
Como en una familia, que es lo que en realidad son, aparecen otros componentes. José Manuel Otxotorena es el preparador de porteros que desde el año 2000 ha visto pasar varios guardametas por los arcos nacionales. La confianza en él tanto de Del Bosque como de los jugadores es extrema, como demostró en uno de los pasajes de la Eurocopa en 2008: España se metió en la fatídica tanda de penaltis contra un rival acérrimo, Italia, y en una serie maldita, los cuartos de final. «Otxoto», como le conocen los jugadores, había dibujado a la perfección el lugar al que dispararían los penales los italianos. Luego, Íker Casillas le haría caso o no, pero de cualquier manera, el éxito siempre se lo iba a llevar el guardameta. Otro trabajador excelso en la sombra.
El último de los mosqueteros es Javier Miñano, preparador físico, que también compartió con Del Bosque el éxito madridista de entre 1999 y 2003. Miñano es uno de los mejores licenciados en educación física del panorama futbolístico español, y aunque las críticas sobre el estado de forma del equipo llegaron durante el pasado Mundial, el cántabro demostró que los jugadores llegaron especialmente en forma a la fase de eliminatorias, y de ahí la fortaleza mostrada en la prórroga de la final. Un equipo diez, en definitiva, capaz de llegar a lo más alto del panorama futbolístico mundial, más aún, dando la excelsa imagen de humildad y normalidad que ha dado el grupo español, y que sólo se consigue, además de con los mejores jugadores, con un cuerpo técnico diez.
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