El vídeo, publicado por la cuenta @Alvise_Oficial en Twitter, muestra a las campeonas del mundo en un autobús a la salida del estadio de Australia. En él las jugadoras no solo celebraron el título, sino que también bromearon sobre el pico del inhabilitado presidente de la RFEF a la delantera. Incluso llegaron a compararlo entre risas con el de Iker Casillas y Sara Carbonero en 2010 con un montaje que Hermoso muestra ante la cámara.
«¿Qué es eso, tía?», pregunta una de las jugadoras, sin saber muy bien lo que estaba ocurriendo ni sobre qué se ríen sus compañeras. «Madre mía, madre mía. ¿No lo habéis visto? Emocionado y tal, viene y me ha cogido así», relata Jenni Hermoso sobre lo sucedido, en tono jocoso, mostrando a sus compañeras un fotograma del momento que se vio en vivo.
En las imágenes, que no han tardado en viralizarse, se puede escuchar a las futbolistas españolas gritando y coreando «beso, beso» o «presi, presi» en referencia al propio Rubiales. Otra de las presentes, sin enterarse muy bien, volvía a preguntar a quiénes estaban pidiendo el beso: «De Rubi con la Jenni, que se han dado un 'pico'», respondían entre risas.
El directivo, que también aparece en la grabación, responde a las jugadoras ante sus cánticos con un «parad, quita, que me da vergüenza».
Las consecuencias de la suspensión de Rubiales
El pasado sábado, la FIFA anunciaba la suspensión«con carácter provisional» al presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) por su comportamiento tras la final del Mundial, mientras se tramita el expediente disciplinario. Esta suspensión «de toda actividad relacionada con el fútbol a nivel nacional e internacional» se hizo efectiva ese mismo 26 de agosto y se extenderá al menos durante 90 días.
Por el momento, comienzan a llegar las primeras consecuencias de su inhabilitación. La decisión de la FIFA ha dejado a Rubiales sin sueldo, sin móvil, sin coche oficial, sin ordenador y sin poder hacer uso de ninguno de los privilegios que tenía como presidente de la Federación Española de Fútbol.
También ha dejado a su familia en primera línea ante el bombardeo de informaciones que han salido en las últimas horas. Su madre, Ángeles Béjar, decidía encerrarse en la iglesia de la Divina Pastora de Motril y declararse en huelga de hambre indefinida hasta que se encuentre una solución a la «cacería inhumana y sangrienta» que considera que está sufriendo su hijo.
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