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Los que siempre perdieron: los de negro

Marcados para siempre. Una jugada les destrozaba. Pes Pérez, el recusado. Urío, el del 5-0 de Romario. Urízar, «el ciego». Díaz Vega, «el de Sergi». Ramos Marco, el valiente. Pañuelos y pitos.

La armaba. José Donato Pes Pérez era un colegiado de armas (tarjetas) tomar. Sólo pudo dirigir tres «clásicos» -en 1980, 81 y 82- por dos razones claras: «La primera, porque fui el único árbitro recusado por el Real Madrid en su historia. Era persona «non ... grata». La segunda, porque yo era un colegiado que no aguantaba ni «host...» en el campo. Conmigo se sabía cómo se iba a empezar, pero no cómo se iba a terminar, y los Barcelona-Madrid son partidos en los que hay que contemporizar, que es lo que hoy hacen los árbitros».

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