Los mejores momentos de Ferguson en Old Trafford

-Primer título tras jugarse el despido

De la lucha obrera, Ferguson aprendió a perseverar. Así aguantó sus primeros años al frente del banquillo de un United que llevaba décadas sin grandes alegrías. Tampoco parecían llegar con el escocés, lo que estuvo a punto de agotar la paciencia de los dirigentes tras cuatro temporadas. Sin posibilidad alguna en la Premier, la FA Cup de 1990 se presentó como el último cartucho del escocés. En tercera ronda esperaba un potente Nottingham Forest que pudo significar su despido. Pero un gol de Mark Robins dio la victoria a los de Manchester, que meses más tarde celebrarían su primer título con Ferguson en el banquillo tras derrotar al Crystal Palace en Wembley.

-Ryan Giggs

Lealtad, compromiso y fidelidad hacia el Manchester United. Un compromiso que comparten Ferguson y Ryan Giggs, que llegó 21 años atrás a Old Trafford gracias a la perseverancia del escocés. Lo vio siendo un chaval y supo que llegaría lejos. No cesó hasta que lo consiguió. Por eso, Giggs siempre ha sido el predilecto del escocés. Tanto que nunca ha ocultado su deseo de que la Reina Isabel le nombre Sir. Podría ser su sustituto al frente del equipo una vez Ferguson decida echarse a un lado. Así, el banquillo de Old Trafford lo ocuparía otro Sir. Fergie estaría encantado.

-Schmeichel y el robo del siglo

Nadie sabe reinventarse como Ferguson. Bajo su brazo han jugado a gran nivel una larga lista de jugadores que llegaron a su tope con la camiseta del United. Quizás, su mejor fichaje fue el de Peter Schmeichel, que llegó al equipo en 1991 a cambio de unos 600.000 euros. Una cifra ridícula para su posterior rendimiento. En la primera temporada dejó su portería a cero en 22 encuentros. Con él bajo los palos llovieron los títulos: cinco Ligas, una Copa de Europa y 3 FA Cups. No todo, eso sí, fue un camino de rosas. Schmeichel chocó más de una vez con el escocés, que llegó a incluso a invitarle a abandonar el club después de una discusión. El danés se lo pensó dos veces y acabó pidiendo perdón. Estaba de nuevo a las órdenes del «sargento» Ferguson.

-Patada de Cantona

El técnico jamás ha podido explicarse la salvajada que cometió Eric Cantona durante un partido ante el Crystal Palace. Tras ser expulsado, el ídolo francés se abalanzó sobre un aficionado que le había insultado con una patada a lo kung-fu que marcó la carrera del futbolista. «Durante todo este tiempo nunca he sido capaz de obtener una explicación del suceso, pero mi sensación es que su frustración por la roja combinada con el resentimiento que tenía por el arbitraje del colegiado lo condujeron al precipicio», comentó el escocés.

-Keane

Otro de los chicos de Ferguson. «Era el entrenador idóneo para mí», reconoció el irlandés en su biografía. Nadie como él supo manejar a un talento en bruto del fútbol irlandés. Doce años de respeto y admiración mutua que se estropearon con la agitada salida del futbolista. Keane estalló contra la actitud de varios de sus compañeros en una entrevista, algo inaceptable para el técnico. El futbolista se enteró entonces que el club no renovaría su contrato al final de temporada. Montó en cólera y llamó al despacho del escocés. Media hora después Keane había dejado para siempre la que había sido su casa.

-La bota de Beckham

El chico de moda necesitó dos puntos de sutura para curar su maltrecha ceja. El culpable era Ferguson. Considerada que Beckham, la máxima estrella del equipo por aquel entonces le había fallado. Después de llegar siendo un niño a Old Trafford, Sir Alex pensaba que no se había esforzado lo suficiente durante un partido. En el vestuario, golpeó una bota que, accidentalmente según la versión oficial, llegó hasta la cara del jugador. Ese mismo verano sería traspasado al Real Madrid de Florentino Pérez, aunque David Beckham ha repetido mil y una veces que no guarda rencor alguno al escocés. «Es la razón del éxito de mi carrera», ha comentado el actual jugador de Los Angeles Galaxy estos días, que ha subrayado la lealtad del técnico.

-El «pizzagate»

Nada le gusta más a Ferguson que derrotar sobre el césped a un rival directo. Por eso, la alegría fue doble cuando Wayne Rooney acabó en el descuento con una racha de 48 partidos sin perder del Arsenal en la Premier. El escocés acabó así con «los invencibles», el segundo equipo de la historia que logró acabar invicto toda una temporada en el campeonato inglés. Sin embargo, no pudo irse con una sonrisa aquel día Ferguson, ya que en el túnel de vestuarios Cesc Fábregas le lanzó un trozo de pizza. «Nos quedamos boquiabiertos mientras veíamos cómo la pizza le caía por la cara y terminaba pegada en su elegante traje negro», confesaría años después Ashley Cole. Ver para creer.

-Cristiano Ronaldo

Otra estrella mundial forjada en Old Trafford. Cuando llegó a Manchester, Cristiano Ronaldo ya estaba llamado a ser uno de los mejores jugadores del mundo. Pero necesitaba un mentor. Lo encontró en Ferguson. El técnico preguntó al luso que número querría llevar en su camiseta. Cristiano pidió el 28, pero Sir Alex se negó en rotundo y le dio el «7», el mismo que habían vestido héroes como George Best, Bryan Robson o Eric Cantona. De ahí a marcar goles sin descanso, levantar trofeos y ser considerado como uno de los mejores futbolistas del mundo.

-La reconvertida Premier corona a Ferguson

Ferguson fue el artífice de que, 26 años después, el Manchester United volviese a estar en lo más alto del fútbol inglés. Los «red devils» conquistaron en 1993 el primer campeonato de la renovada Premier League. Recogía así el testigo del mítico Matt Busby, el verdadero espejo del escocés. Desde su llegada, el United ha levantado 12 campeonatos de Liga. El último, conquistado la temporada pasada y decimonoveno en la historia del club, sirvió además para ponerse por delante del Liverpool. Otro objetivo cumplido para Ferguson

-Derrota en Wembley

«Ha sido la mayor lección de nuestra historia». Ferguson se vio superado en Wembley ante el Barcelona de Pep Guardiola en la pasada final de la Liga de Campeones. «Son el mejor equipo de toda Europa. Mientras sigan a ese nivel futbolistas como Messi o Xavi va a ser muy complicado ganarles», confesó el técnico en la rueda de prensa posterior al encuentro. Acostumbrado a explicar las derrotas con todo tipo de excusas, Ferguson reconoció la superioridad del equipo español.

-Rooney, su última estrella

La última estrella que acoge Ferguson bajo su brazo. El chico malo de Liverpool que conecta con el espíritu obrero del escocés. Sobre el campo es toda una locomotora, como demostró en su debut marcando un hat-trick. Su carácter le juega malas pasadas. Por eso Sir Alex juega con el palo y la zanahoria. Le compara con los mejores en público mientras le exige más en privado. Una eléctrica relación que estuvo a punto de estallar por los aires la temporada pasada. Aconsejado por su representante, amenazó con cambiar de aires. Ferguson medió entonces para convencer a futbolista y club de que sus destinos debían de permanecer unidos. Dicho y hecho, Sir Alex siempre se sale con la suya. Y ha conseguido que un año después la misma afición que le amenazó ante una posible salida vuelva a tenerle entre sus predilectos.

-Humillado en casa

El capítulo más reciente es también uno de los más sangrantes para Fergie. Caer en casa contra los ruidosos vecinos del City en la derrota (1-6) más abultada del United en los últimos 50 años. Esta vez ni siquiera hubo opción al «Fergie Time» que evitó la victoria «citizen» en 2009 en uno de los derbis más espectaculares de los últimos años. Un borrón en el historial que Ferguson quiere olvidar cuanto antes. Puede que con una revancha esta misma temporada.

-La Champions del Camp Nou

«No puedo creerlo, no me lo creo. Fútbol. Maldita sea». Las palabras de Sir Alex Ferguson resumen una de las mejores finales de la Liga de Campeones. Se disputó en el Camp Nou el 26 de mayo de 1999. Al descanso vencía el Bayern de Múnich por un tanto de diferencia. El escocés dio entonces una charla a sus jugadores que aún se recuerda en Barcelona. «Al final de este partido, la Copa de Europa estará solo a unos metros de vosotros pero no podréis ni tocarla si perdemos. Para muchos de vosotros esta será la mejor oportunidad de vuestra carrera. No os atreváis a volver aquí sin haberlo dado todo».

Los red devils anotaron la lección. Teddy Sheringam empató el partido en el descuento y cuando todo indicaba que se disputaría la prórroga, Solskjaer elevó aquella hermosa final a un partido mítico que selló el triplete para el Manchester United. La imagen de Collina -árbitro del partido- intentando consolar a los alemanes quedó para la historia. Ferguson sería nombrado ese mismo verano caballero del Imperio Británico por la reina Isabel II. Sir Alex.