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España-Malta, 12-1

«¿Espuma por la boca? ¡Menuda mentira, un gran guión para Spielberg!»

Rincón, que lideró la gesta, y sus compañeros Buyo, Santillana, Maceda y Camacho responden al ataque maltés: «Les pudimos meter quince, no solo once»

TOMÁS GONZÁLEZ-MARTÍN

Sevilla. El Benito Villamarín sobrevive, rodeado de barro . Ha llovido a cántaros durante varios días y los tenderetes con las banderas de España están cubiertos con plásticos. Eran las siete y media de la tarde del día 21 de diciembre de 1983. «Vamos ... a ganar por los once goles que necesitamos», decía Rincón en el vestuario de España una hora antes del partido contra Malta. Exjugador del Real Madrid y del Betis, «Poli», inasequible al desaliento, era el líder de la ilusión. Muchos compañeros de la selección no le creían. Era imposible, mascullaba un defensa central que tres horas después se quedaría absorto, sin hablar, ante la gesta. «¡Por mis muertos que ganamos y nos clasificamos, vamos!», insistía Rincón ante el grupo. Miguel Muñoz si lo creía posible, porque la fe de Rincón, Buyo, Santillana, Camacho, Señor, Maceda y Carrasco movía montañas. No solo marcaron once, sino que lograron doce . Y Juan señor falló un penalti con el empate inicial. Flamencos que somos.

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