El Manchester City pinta una Premier tono celeste

Un testarazo supremo de Kompany , recibiendo un balón del español David Silva , dio el triunfo y los puntos al City. Victoria que le hace contar con los mismos 83 puntos que los «red devils», pero con una ventaja de más siete goles fruto de aquel 1-6 histórico para los de Roberto Mancini en la primera vuelta y el tanto de Kompany, que bien podría valer una liga, la primera en la historia del City, que comenzó a tornarse un poderoso de Europa con la entrada del talonario de Sheikh Mansour bin Zayed Al Nahyan. Dos jornadas restan en Inglaterra. Seis puntos que presumiblemente ganarán ambos. A los de Mancini les resta el Newcastle y el QPR, mientras que al United el Swansea y el Sunderland. [Estadísticas del partido]

Casi se congeló el tiempo en Manchester cuando Kompany remataba con un poderoso cabezazo un centro perfecto desde la esquina de Silva. El central belga, potente y libre de marca, premió el dominio del City sobre el United cuando ya se contaban los minutos de prolongación de un primer acto pintado en celeste.

El City de un Mancini, nervioso en la banda frente a la tranquilidad de Ferguson, ganó en posesión y en ocasiones. Poco claras, pero al menos planteó más en ataque que los «diablos rojos», organizados atrás y velando por alguna certera contra que no se definió. Se dejó mucha artillería Sir Alex — Berbatov, Chicharito Hernández, Valencia o Welbeck — para arrancar el derbi.

Subió todavía más la intensidad misma en el segundo periodo. Eléctrico. Vibrante. Con dos equipos firmes en físico. No tanto en lo cerebral. El United debía remar, pero se encontró con un conjunto «citizen» que supo asfixiar la salida de balón del United desde atrás, huérfano de un cerebro en la medular. El paso de los minutos dio para que Mancini sacase músculo con De Jong cuando los de Ferguson comenzaron a comerle el terreno. La tensión llegó a los banquillos tras un falta de De Jong. Ferguson y Mancini tuvieron sus y más y sus menos.

Se fue consumiendo el tiempo y las ocasiones brillaron por su ausencia. Las fortalezas defensivas obligaron a chuts lejanos que no fueron si quiera entre los tres palos.