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FC Barcelona

Messi evidencia la distancia entre el vestuario del Barcelona y la directiva

Después de que el Barça demandara a Neymar, el argentino lideró una corriente de simpatía hacia el brasileño con el apoyo de otros pesos pesados

SERGI FONT

Una imagen vale más que mil palabras. Esta manida afirmación también puede aplicarse a la decisión de Leo Messi de publicar una foto con Neymar en pleno temporal entre el futbolista brasileño y el club azulgrana , que horas antes había anunciado que demandaba al atacante por daños y perjuicios e incumplimiento de contrato. Por este motivo el pronunciamiento de Messi, junto a otros pesos pesados como Luis Suárez, Gerard Piqué o Rakitic, se aviene a dobles lecturas y a mensajes subliminales. Ver a varios futbolistas del Barça junto a Neymar y Dani Alves , que han criticado abiertamente a la directiva culé, les posiciona en una guerra en la que dejan claro su bando.

Más allá de la buena sintonía que ha manifestado siempre el tridente, como prueba el reencuentro de este martes aprovechando un viaje relámpago del brasileño a la Ciudad Condal, la divulgación de las instantáneas en las redes sociales evidencia la escasa sintonía ente la plantilla y una directiva abiertamente cuestionada .

Volvió @3gerardpique 😂😂😂

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Son muchos frentes abiertos en los que pelea Bartomeu. La marcha de Neymar dejó al descubierto el más trascendente de todos y es la nula relación de la directiva con el vestuario . Mientras el vicepresidente Jordi Mestre afirmaba que estaba seguro «al 200 por cien» de que el brasileño se quedaría, casi todos los jugadores ya sabían que el paulista jugaría en el PSG.

El argentino, además, tiene en vilo a la afición y a la directiva ante su inagotable paciencia para estampar su rúbrica en la renovación que debe impedir que quede libre a partir del 30 de junio. El acuerdo es total, pero su tardanza a la hora de oficializarlo mantiene a más de uno con la mosca detrás de la oreja. Y su semblante durante los partidos, más serio de lo habitual, tampoco ayuda.

Muchos frentes abiertos

Las dos derrotas consecutivas ante el Real Madrid en la Supercopa de España, la dificultad para traer a fichajes ilusionantes y las quejas de Valverde solicitando nuevas incorporaciones a falta de poco más de una semana para que se cierre el mercado estival aumentan el desasosiego en el entorno. Hasta la prensa catalana y afín al club se muestra preocupada . El Barcelona se asemeja a un polvorín en el que la actual directiva se encuentra como un grupo de Tedax ante la disyuntiva de cortar el cable rojo o el verde sin tener claras las consecuencias.

El vestuario se está blindando más que nunca. Es una piña, pero no confía en sus rectores. Gerard Piqué fotografió perfectamente la situación actual tras perder la Supercopa : «Sabemos que no estamos en el mejor momento, ya no sólo a nivel de equipo sino de club. Tenemos que estar juntos y remar hacia adelante. Parece que vayamos por caminos separados pero no es así. Tenemos que ir a una, todos juntos para ser más fuertes».

Precisamente, el central había vivido el penúltimo capítulo de desencuentros de la plantilla con los despachos cuando el manager general, Pep Segura, le apuntó tras su gol en propia puerta ante el Real Madrid, lo que le valió al ejecutivo una reprimenda pública de Sergio Busquets.

Y mientras Messi posaba con Neymar y Suárez, el Barcelona presentaba una demanda laboral contra el brasileño tras su decisión unilateral de marcharse al PSG . Le reclaman la cantidad ya liquidada que se corresponde a la prima de renovación que firmó hace nueve meses por incumplimiento de contrato, mas 8,5 millones de euros en concepto de daños y perjuicios y un diez por ciento adicional por concepto de mora. El Barcelona solicita al club francés que asuma subsidiariamente el pago de estas cantidades en el caso de que Neymar no pueda hacerse cargo de ellas.

Barcelona y Neymar podrían verse varias veces en los Juzgados en las próxima fechas , pues los agentes del futbolista también estudian denunciar al club tras la decisión de éste de paralizar el pago de la segunda parte de la prima de renovación, de 26 millones de euros. La junta de Bartomeu decidió congelarlo y depositó la cantidad en una notaría a la espera de la decisión del paulista. Neymar, por su parte, evidenció su querencia pecuniaria al criticar a una directiva que se ha visto abocada a más de un problema por defender sus intereses por la mera y lógica decisión de cortar el grifo de ingresos de su padre. «Estoy muy triste con la directiva del Barça, no son gente que tiene que estar ahí, el Barça merece mucho más», soltó el futbolista brasileño el pasado fin de semana.

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