Exhibición de Messi

El Barcelona empezó con Semedo muy inteligente y Dembélé muy activo , aunque menos eficaz que voluntarioso. Pero inofensivos en su conjunto los de Valverde, con la Juve muy bien plantada en el campo, cómoda, generando peligro con disparos potentes y colocados. Atento Ter Stegen. Avanzaban líneas los italianos mientras al Barça le faltaba alegría, velocidad en la circulación del balón y finura. El partido era el que la Juve quería , en todo menos en la falta que Matuidi le hizo en el 18 a Iniesta, en el balcón del área, que Messi estrelló en la barrera y remató Suárez con dureza obligando a Buffon a lucirse.

La Juve cedía el protagonismo e intentaba golpear al contraataque. Partido maduro de los subcampeones de Europa. Dybala y Messi, neutralizados por los colectivos. Los dos talentos no podían marcar la diferencia. Leve mejoría azulgrana sobre la media hora pero la Juve tenía controlado a Messi y creaba más peligro que el Barça . Consistentes también los de Allegri en defensa. Las facilidades de los equipos de la Liga no suelen darlas los equipos de la Champions y ante el primer rival exigente de la temporada -descontando al Madrid en la Supercopa- a los de Valverde se les vieron las costuras, las carencias y las debilidades.

Dembélé lo intentaba con pasión y cada vez con más inteligencia, aunque tal vez con demasiada ansia de gloria . Le falta algo de explosión en la resolución, para finalizar las acciones. Así mejorará su relación con el gol. Semedo, en cambio, irreprochable, soberbio en su intensidad defensiva. La Juve dictaba su ley y un Barcelona menor no podía quejarse del resultado.

Pero cuando Messi juega las cosas suceden, no suceden, empiezan o terminan cuando él lo dice y al filo del descanso y de un buen disparo batió por fin a Buffon rompiendo la jaula en la que lo habían metido los italianos.

Casi 80.000 espectadores en el Camp Nou, la Juve volvió del descanso queriendo concretar la superioridad mostrada en la primera parte. Pero una vez más fue Messi quien dijo lo suyo, aunque en esta ocasión sin convertirlo en gol por milímetros: chutó al palo. Al cabo de pocos minutos, una jugada suya por la banda acabó con el segundo gol de su equipo, obra de Rakitic . Messi total, Messi superestar: el único argumento del Barça, que gracias a él tomó las riendas del encuentro. A Dembélé la segunda parte se le empezó a hacer larga a partir del minuto 65: imprecisión en las asistencias, sin gas en las carreras y sin aliento para los cambios de ritmo. Todo lo contrario de Messi, que marcó su segundo gol y el tercero de su equipo tras una de sus clásicas carreras en diagonal para buscar en el disparo el pie cambiado del portero. De los 13 goles que ha marcado el Barça esta temporada, 8 los ha firmado Messi. Sergi Roberto entró por Dembélé, agotado . Paulinho por Rakitic, que se fue más entero.

La Juve no existió en la segunda parte y el Barcelona administró con fluidez el legado de Messi: juego al toque desde la victoria asegurada y con el rival desmoronándose. Ter Stegen resolvió con autoridad los pocos desafíos que se le presentaron , aunque sus actuaciones decisivas fueron las del primer tiempo. De todos modos, quien rompió el partido fue Messi y sólo Messi, con un talento conocido por todos y una capacidad de trabajo y de esfuerzo que tendría que hacer reflexionar a los que creen que es digno acudir a su trabajo y limitarse a cubrir el expediente. Ni Messi con su infinita gracia sería lo que es si no se esforzara cada día con el mayor de sus empeños.