Los apostantes cambian el deporte por el bingo, el casino y el póquer

Según los datos que maneja la Dirección General del Juego y el Ministerio de Consumo , el gasto de marketing de las casas de apuestas ha disminuido un 65 por ciento entre el primer y segundo trimestre de este 2020, y las apuestas deportivas online han decrecido en los dos primeros trimestres del año un total de un 40 por ciento. El dato más impactante es el del segundo trimestre, donde durante abril y mayo no hubo ni un solo evento deportivo de gran magnitud. Ahí, el decrecimiento de las cantidades jugadas llegó al 38 por ciento respecto al primer trimestre del año y un 20 por ciento menos comparado con el segundo trimestre del pasado año. Los datos no son aún peores gracias a la vuelta de la Liga y del resto de grandes campeonatos de fútbol en junio, un mes tradicionalmente flojo por la finalización de las ligas europeas y de la Champions y la Europa League, pero que en este caso fue justo lo contrario por las modificaciones en el calendario provocadas por el Covid.

También deportes minoritarios como el bádminton o el tenis de mesa, que en algunas zonas de Asia siguieron su curso durante los meses de confinamiento en España , menguaron estos números tan malos para las apuestas deportivas. Si en enero había en España un total de 865.000 cuentas online activas, en junio el número bajó a 809.000, un 7,5% por ciento menos.

Los datos son también muy malos en las apuestas deportivas presenciales, locales todos ellos que se rigen por normas similares a los de la hostelería y cuyas restricciones en cuanto a horarios y aforos están pagando severamente. Los datos hablan de una reducción de entre un 45 y un 50 por ciento menos en estos establecimientos, y muchos de ellos mantienen la persiana bajada pero siguen con su licencia dada de alta, porque de lo contrario, el hecho de renunciar a ella provocaría que la perdieran para siempre. La mayoría de comunidades autónomas llevan un tiempo sin dar nuevas licencias para locales de juego: «Esto son números, y los números son claros. La pandemia ha dejado a mucha gente sin trabajo, sin ingresos y sin ahorros. Hay mucha incertidumbre y eso conlleva que la gente gaste menos dinero en apuestas deportivas o decida gastarlo en otros sectores», reflexiona a ABC Alejandro Landaluce.

No le falta razón al director general del Consejo Empresarial del Juego , la patronal más importante del juego privado en España. Si el sector de las apuestas deportivas, gremio que da trabajo de manera directa a 6.000 de las 47.000 personas que se dedican al juego privado en España, está en números rojos, el bingo, el casino y el póquer han aumentado sus ingresos de manera considerable. Los datos constatan que el bingo subió en el segundo trimestre un 37 por ciento respecto al primer trimestre, lo que es un 67 más que en los meses de abril, mayo y junio del pasado año. El casino sube un 22 por ciento de un trimestre a otro y su tasa de crecimiento anual es del 36,5 por ciento.. Y el póquer rompe sus máximos históricos: sube del segundo al primer trimestre de 2020 un 57, lo que supone un 97 por ciento más que en el segundo trimestre de 2019.

Según los datos auditados en 2018 , en España se gastaron 355 millones de euros en las distintas sedes físicas de apuestas deportivas. Cifras que aumentan un diez por ciento si hablamos de la facturación online, que ascendió a 394,8 millones. En total, en ese 2018, en España se apostaron un total de 750,12 millones de euros. Estos boyantes números de apuestas deportivas suponían el 50 por ciento del total del juego privado en España. A día de hoy, solo es el 32 por ciento.

Un presente gris oscuro y un futuro que apunta a negro por las medidas que quiere implementar el Gobierno y que puede rematar a un sector ya bastante castigado. Consumo aprobará en las próximas semanas un Real Decreto para prohibir los anuncios de apuestas deportivas durante los propios partidos y en la indumentaria de los clubes, y Sanidad valora seriamente cerrar las casas de apuestas durante un tiempo indeterminado al considerarlas un foco de contagio: «Demagogia absoluta. Lo primero es quitarle el dinero a lo privado para dárselo a lo público. No es casualidad el contrato que acaba de firmar la SELAE con el fútbol. Y lo segundo es mentira. Las casas de apuestas cumplen estrictamente todas las medidas de seguridad y todas las personas que entran en ellas dejan su DNI y su nombre y apellidos. Mejor imposible para una buena trazabilidad», sentencia resignado Landaluce.