«La Legión», así son los ultras del Feyenoord que arrasaron Roma

«Creo que estas personas, probablemente con su ignorancia, no tienen ni siquiera condiciones psicológicas ni culturales para darse cuenta de que estaban destruyendo una de las fuentes de uno de los mejores artistas de la humanidad», ha afirmado el alcalde, indignado por el paso de los ultras por su ciudad. La capital italiana analiza este viernes exigir responsabilidades a los seguidores holandeses por los daños causados.

El enfado también era hoy evidente en el primer ministro italiano, Matteo Renzi, que ha condenado los altercados y ha afirmado que el Gobierno castigará «con severidad y dureza» a los aficionados holandeses que, «hasta arriba de cerveza», dirigieron este insulto a la civilización».

Los lamentables sucesos de Roma aumentan la lista negra de incidentes, peleas y batallas campales protagonizados por «Het Legioen» (La legión) en sus más de 40 años de existencia, una historia de odio, brutalidad y muerte. El poder de intimidación que han ido ganando con los años y el «respeto» que generan en el propio club holandés han llevado a que en «12» esté «prohibido» en las camisetas del Feyenoord. Es el número de la grada y solo lo lucen sus ultras.

La legión surgió a mediados de la década de los 70 del pasado siglo como respuesta a una «derrota» sufrida por los hinchas del Feyenoord en la grada. El club holandés levantaba el título en la final de la UEFA de 1974, pero sus seguidores eran maltratados por hooligans del Tottenham. Volaron asientos y las agresiones a los aficionados del equipo de Rotterdam se sucedieron. Aquella «humillación» supuso la semilla de «Het Legioen». Su lema «Don´t run away» (Nunca huimos) era toda una declaración de intenciones.

Durante sus cuatro décadas de vida, este grupo ultra se ha ganado la fama de ser uno de los más violentos y peligrosos de Europa. En sus años de mayor actividad se convirtió en el terror de la directiva del Feyenoord y de la policía holandesa. Salvajes peleas callejeras y «quedadas» con hinchas rivales, especialmente con sus enemigos irreconocibles del Ajax, aparecen en su negro historial de violencia.

Una agresividad que en 1997 desembocaba en la una de las peleas de ultras más brutales que se recuerdan, la «batalla de Beverwijk». El 23 de marzo de aquel año, Holanda pudo vivir una auténtica masacre. Cientos de ultras del Ajax y del Feyenoord se citaron en un área de servicio de esa localidad. La violencia se desbordó y Carlo Picornie, uno de los líderes de la F-side (principal grupo ultra del equipo de Amsterdam), perdía la vida a golpes.

Las detenciones entre sus miembros se sucedieron y La Legión quedó debilitada, pero tardó poco en volver a aparecer y generar nuevos problemas a la directiva de su club. En 1999, el Feyenoord prohibía a sus ultras que acompañaran al equipo en partidos fuera de Holanda después de que protagonizaran otros graves incidentes en Leverkusen (Alemania).

Los bárbaros no aprendieron aquella lección. La violencia se mantuvo como seña de identidad de La Legión, que en 2007 provocaba la expulsión del Feyenoord de las competiciones europeas. Los desmanes de los ultras antes y durante un partido de la Copa de la UEFA en Nancy (Francia) provocaba la suspensión del duelo y el posterior castigo al conjunto holandés.