¿Por qué el Barcelona viste de azulgrana?

Según Ángel Iturriaga, historiador consultado por ABC, existen hasta siete teorías sobre el origen de algo tan trivial, muchas más de las que hay para encontrar el curioso significado de “culé”, el apelativo cariñoso que reciben los aficionados del club desde que en 1909 el primer equipo empezó a jugar sus partidos en el campo de la calle Industria, un recinto muy pequeño que en las tardes de más aglomeración obligaba a los hinchas a sentarse en el muro perimetral con sus traseros a la vista de los peatones. Más de un siglo después, la junta directiva de Bartomeu trabaja duramente para convencer al socio de que el futuro está en construir más palcos VIP en el Camp Nou. ¡Cómo hemos cambiado!

Volviendo a los colores y a las siete teorías, Iturriaga cree que hay dos que se imponen ligeramente al resto. Una de las que “mejor suenan” remite al Basilea, club donde el fundador del Barça, el suizo Hans Gamper, había corrido en sus años mozos vestido de azulgrana. La asociación tiene mucha lógica, pero a día de hoy no se ha encontrado ningún documento que la acredite. Por lo tanto, no se puede descartar la creencia (también extendida) de que Arthur Witty, uno de los primeros presidentes del club, quisiera importar los colores del equipo de rugby de Merchant Taylors’, el colegio mayor donde había estudiando años atrás, para la camiseta del Barcelona. Arthur y Ernest Witty fueron dos catalanes de ascendencia británica que primero jugaron y luego gestionaron la entidad.

Pero sin duda merece un hueco especial en este artículo la teoría del lápiz de contabilidad que según Iturriaga “gustó a Gamper por sus colores”. Dicha leyenda imagina al fundador del club, allá por 1901, en una reunión de junta directiva –no fue presidente hasta 1908– admirado por la combinación cromática, azulgrana, del lápiz hexagonal que se utilizaba por aquel entonces para reflejar los movimientos de tesorería. Sería sencillamente genial que se documentara esta versión, pero tampoco tiene desperdicio la que cuenta que la madre de los hermanos Comamala, grandes exponentes del primer Barça, tejió camisetas azules y rojas para que los jugadores no se confundieran al pasarse el balón.

Sin embargo, ahí no terminan las conjeturas. También hay quien cree que el origen de los colores del Barcelona proviene de la logia masónica de la que el tío catalán de Gamper, Emili Gaissert, era miembro. “Algunos estudiosos de la masonería aprueban esta teoría porque al principio había muchos masones aficionados del Barça”, concluye Iturriaga, quien del mismo modo enumera otras dos teorías que vinculan el color azulgrana con la indumentaria del Excelsior, club donde Gamper también compitió o los motivos principales de las banderas del cantón de Zúrich (azul) y del estado de Suiza (rojo).

Se calcula que todas las posibilidades expuestas se sitúan entre 1899 y 1901, tres años en la vida de una institución que dio muchos tumbos hasta consagrarse como elemento vertebrador de la sociedad catalana hasta nuestros días.