En un escrito, avanzado por EFE y consultado por este diario, la Fiscalía de Delitos de Odio sostiene que no se ha podido aclarar cuáles fueron las expresiones proferidas por los aficionados. Así, precisa, «según uno de los investigados estas habría sido: mucho morro; según el informe de LaLiga, se trataría de puto mono, y según el perjudicado: mono tonto».
Además, apunta que, aunque ambos investigados hubiesen pronunciado la palabra «mono», claramente ofensiva en alusión despectiva al color de su piel, o «puto mono» tampoco concurren los factores que atribuirían a la conducta la gravedad que se exige para superar la afectación del derecho al honor.
Considera así la fiscal que, pese a que pudieran ser ofensivas, estas no suponen un delito de incitación al odio puesto que no provocaron «efecto llamada» entre el público ni la suspensión del partido. «No fueron ejecutadas de forma coral, no se produjo el efecto llamada en el público, no consta que ninguno de los investigados pertenezca a un grupo radical o extremista, y no fueron unidas a otros delitos».
En todo caso, el Ministerio Público insta a la juez que instruye el caso a remitirlo a la Oficina de Igualdad de Trato y No Discriminación por si procediera abrir un proceso sancionador -por la vía administrativa- contra los investigados.
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