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Tirreno-Adriático

Heroica obra de arte de Van der Poel

El holandés ataca a 50 kilómetros y se impone a un Pogacar ofensivo y a Van Aert en una etapa antológica

José Carlos Carabias

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El ciclismo vive un momento efervescente por la prodigiosa irrupción de una generación que ha cambiado el perfil de este deporte. El ciclismo control, de aburridos pinganillos y llegadas en grupo a dos kilómetros del puerto, salta por los aires con la aparición del talento ... conocido. Mathieu van der Poel, Wout van Aert, Tadej Pogacar y el renqueante Remco Evenepoel se han adueñado de la escena y ofrecen recitales a diario. En la Tirreno-Adriático se vivió una jornada antalógica, fue en la quinta etapa como pudo ser en la tercera o la cuarta. Un ataque descomunal de Van der Poel en solitario a 50 kilómetros de la meta en el circuito de Catelfidardo destrozó todo, menos a sus semejantes. Imponente la remontada del ganador del Tour, Tadej Pogacar, y airosa la resistencia de Van Aert, que obligaron a Van der Poel a acabar extenuado. El holandés cruzó la línea vencedor y se derrumbó en el asfalto, como Roche en 1987 aunque sin mascarilla de oxígeno.

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