Baloncesto
Así son los héroes del Mundial: del matón de la NBA al chico que jugó al baloncesto por una carta de su padre muerto
Finiquitado el torneo y con Alemania como brillante campeona, han sido muchos los jugadores que han sorprendido a los espectadores
Alemania sobrevive al ímpetu serbio y se proclama campeona del mundo
Dillon Brooks, estrella de Canadá
El mundo tiene una nueva campeona a la que rendir pleitesía. Alemania, tras un brillante torneo, certificó en Manila, Filipinas, su superioridad ante Serbia en la gran final y levantó con orgullo el primer título mundial de su historia. Un premio más que justo para ... una generación brillante que amenaza con ser la gran potencia europea del baloncesto en los próximos años. Sin embargo, no solo los teutones merecen reconocimiento, pues el campeonato ha estado lleno de revelaciones y gigantes actuaciones.
Schroder, durante la final contra Serbia
Dennis Schroder (Alemania, 29 años, base): Debe ser el primero de la lista porque ha sido el líder indiscutible de los campeones, 19 puntos por partido, 28 en la final y nombrado el mejor del torneo. Un momento feliz que nada tiene que ver con su infancia en la baja Sajonia. Cuando tenía 16 años, su padre murió repentinamente, algo que dejó en shock al joven Dennis, un chico que coqueteaba con algunas malas costumbres. Sin embargo, descubrió una carta escrita por su progenitor en la que le instaba a utilizar el baloncesto para cambiar su futuro. Ahora es campeón del mundo y acaba de firmar un contrato de 26 millones de dólares con los Toronto Raptors.
Dillon Brooks, en el partido ante España
Dillon Brooks (Canadá, 27 años, alero): Llegó a Indonesia abucheado por su terco baloncesto y acabó ovacionado a gritos de «MVP». Uno de los jugadores con peor fama de toda la NBA, el más polémico de los ya de por sí polémicos Memphis Grizzlies, ha sido una de las revelaciones del torneo. Defendió a los mejores del mundo, especialmente brillante su actuación ante Luka Doncic y, encima, se destapó como anotador. Alcanzó la mejor marca de su carrera, 38 puntos, ante Estados Unidos nada menos. Ha sido una de las claves del éxito de que Canadá se haya colgado la primera medalla de su historia.
Zagars, perseguido por el lituano Jokubaitis
Arturs Zagars (Letonia, 23 años, base): En todo torneo internacional hay una gran revelación, pero el base báltico ha superado todas las expectativas. No solo fue el director de la selección más sorpresiva del campeonato, sino que incluso se dio el gusto de batir un récord de la leyenda croata Toni Kukoc. En la lucha por el quinto y sexto puesto contra Lituania, el base se fue hasta las 17 asistencias y cero pérdidas, la mejor marca de la historia en el Mundial. Además, ni siquiera tiene equipo. Su próximo destino, tras tanta exhibición, podría estar en España, concretamente en el Baskonia.
Carlik Jones, en un partido ante Angola
Carlik Jones (Sudán del Sur, 25 años, base): La cara más reconocible del milagro de los africanos. Con promedios superiores a los 20 puntos y a las 10 asistencias por partido, el estadounidense ha liderado al país más joven de la historia en disputar un Mundial (también el segundo más pobre del planeta) a sumar tres victorias en cinco encuentros. Una actuación que les ha permitido clasificarse para los Juegos Olímpicos de París del próximo verano. «Hace un año entrenábamos en pistas inundadas de agua y al aire libre, con águilas volando por encima de nosotros», reconoció su entrenador, Royal Ivey.
Tavares, ante Veenzuela
Eddy Tavares (Cabo Verde, 31 años, pívot): Si alguien pregunta que cómo es posible que Cabo Verde, un país de menos de 600.000 habitantes, haya disputado un Mundial y además haya ganado un partido (Venezuela), la respuesta es Eddy Tavares. El gigantón del Real Madrid acudió a la mayoría de partidos de clasificación, pese a su apretada agenda europea y, ante los sudamericanos, sumó veinte puntos para llenar de felicidad a sus compatriotas. Los africanos son el país más pequeño de la historia en disputar un Mundial, superando a Montenegro.
Gilgeous-Alexander, defendido por Cam Johnson
Shai Gilgeous-Alexander (Canadá, 25 años, base): Junto a Luka Doncic, ha sido el jugador que más ha hecho sufrir a la defensas rivales. Cuarto mejor anotador del torneo (24,5 por partido), ha mostrado una capacidad casi inhumana para cerrar los partidos igualados. España y Estados Unidos lo sufrieron de lo lindo. Líder indiscutible de un equipo que promete ser una de las referencias del baloncesto mundial en los próximos años. A su vera, Canadá ha conseguido la primera medalla de su historia, bronce en Manila.
Bogdanovic, en la final ante Alemania
Bogdan Bogdanovic (Serbia, 31 años, escolta): La renuncia de las grandes estrellas serbias al Mundial (Jokic, Kalinic, Marjanovic, Nedovic) obligó a Pesic a hacer una convocatoria plagada de secundarios. Pero el que no se bajó del barco fue el de Belgrado, que lideró a los balcánicos hasta la mismísima final del torneo pese a que, en un inicio, nadie contaba con ellos en la lucha por el título. Su actuación solo tiene un punto negro: la segunda parte ante Alemania, donde se desinfló.
Edwards, en las semifinales ante Alemania
Anthony Edwards (Estados Unidos, 22 años, alero): Pese a la debacle de los estadounidenses, segundo Mundial consecutivo sin medalla, el joven jugador ha sido de lo mejor del equipo junto a Austin Reaves. Con infancia traumática (perdió a su madre y a su abuela el mismo año a causa del cáncer), se ha convertido en uno de las grandes estrellas de la NBA. Cuando el balón quemaba era el que asumía los tiros. Solo falló en las semifinales ante Canadá, pero parece algo corregible con un poco de experiencia.
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