El Barça asume su fracaso

El exjugador habla de apuesta, pero realmente la reestructuración que sufrió el equipo el pasado verano se debió exclusivamente a la difícil situación económica del club. La sección de basket, como todas las demás, recibió un potente tijeretazo y pasó de tener un presupuesto de 43 millones de euros a uno de solo 30. De ahí que se quitase de encima a las tres fichas más altas de la plantilla, la del entrenador Sarunas Jasikevicius y las de los astros Nikola Mirotic y Cory Higgins, y se apostase por formar un grupo de bajo coste.

De hecho, se le dio el timón del equipo a Roger Grimau, que entrenaba en la cantera azulgrana y que no tenía ninguna experiencia en el baloncesto profesional. Por supuesto, que cobrase dos millones y medio menos que su predecesor fue una de las razones que inclinaron la balanza para su contratación. Pero, a lo largo de la temporada, ha sido uno de los grandes señalados por el pobre juego de sus pupilos y por la falta de fortaleza mental que evidenciaban ante los desafíos.

Los jugadores tampoco se han salvado. De hecho, solo Jabari Parker, que llegó en verano como tapado tras una turbulenta carrera en la NBA marcada por las lesiones, ha estado a la altura. Sus 27 puntos ante el Madrid el pasado domingo evidencian que puede ser incluso un jugador al que darle las llaves del ataque azulgrana en los años venideros (ya ha sido renovado hasta 2026). Pero sus compañeros, salvo Vesely, que también ha sido todo un líder ante a la dificultad, han estado de suspenso.

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Ni los veteranos (Laprovittola, Satoransky, Abrines) ni las nuevas incorporaciones (Hernangómez, Brizuela, Parra) han marcado diferencias. Ricky Rubio, que volvió al equipo el pasado febrero tras superar sus problemas de salud mental, tampoco ha conseguido recuperar su baloncesto, como él mismo confirmó. «Estos meses me he sentido raro, he querido cambiar algunas cosas. Entrar en mitad de temporada no es fácil, sobre todo por mi forma de ser, más callado, y no he conseguido sentirme al 100%. Creo que no he sido todo lo que esperaba, pero tampoco iba con ninguna expectativa. Queda claro que el balance no es bueno», aseguró el base, que finaliza su vinculación con el Barça este mes, y ahora parece más cerca de irse que de quedarse.

Todos estos problemas fueron evidenciados por Navarro, que incluso llegó a señalar al cuerpo técnico y a los jugadores. «No todo ha sido el entrenador. Algunos jugadores no han estado a la altura. Ya lo dije en diciembre. No me han gustado algunas actitudes de algunos de ellos. Nadie ha estado a la altura. Nosotros tampoco. Hemos cometido errores. No te puedo responder si Grimau seguirá o no, pero cambios habrá. Tampoco será una revolución de la plantilla, pero retoques sí habrá. Dos o tres piezas pueden ser muy importantes».

Lo que transmiten las palabras de Navarro es que, salvo sorpresa, Grimau no seguirá. Y ya han comenzado a aparecer varios candidatos para sustituirlo. Uno de los que más ilusiona es el de Xavi Pascual, actualmente en el Zenit ruso y que ya dirigió a los catalanes durante ocho temporadas (de 2008 a 2016), tiempo en el que conquistó una Euroliga, cuatro ligas, tres Copas del Rey y cuatro Supercopas. El esloveno Jaka Lakovic, exjugador azulgrana, alumno de Pascual y actual técnico del Gran Canaria, también tiene opciones de volver a casa.