La NBA blinda su burbuja en Florida

Hoy, la situación es la contraria. Nueva York ha controlado la pandemia y se ha desmadrado en Florida. Al estado sureño, de sol eterno y jubilados, le llaman ahora «la Wuhan de EE.UU» , en referencia a la ciudad china donde se originó el virus. Florida registra alrededor de diez mil casos por día. Ayer fue la segunda jornada con más fallecidos, 134, desde el inicio de la crisis y batió su récord de hospitalizaciones.

La burbuja de la NBA, sin embargo, todavía no se ha roto. El lunes, la liga dio a conocer los resultados de la última ronda de test y fueron inmejorables: cero positivos entre los 346 jugadores de los 22 equipos que disputarán la última fase del torneo regular y que tienen opciones para meterse en los «playoffs». La última ronda de test fue el 13 de julio, y entonces se detectaron dos positivos, que tuvieron que abandonar la burbuja y aislarse lejos de sus compañeros. En la primera ronda de test con los jugadores ya en Florida, el 2 de julio, nueve jugadores dieron positivo.

La evolución de los resultados de los test muestra que, de momento, las condiciones de la burbuja funcionan. Los equipos están en tres hoteles y tienen su ocio y sus interacciones controladas. La NBA les proporcionó un dispositivo que pita si estás a menos de dos metros de distancia de otra persona. El aparato se pone rojo si se pasa más de cinco segundos a menos de ese umbral y dispara una musiquita al sobrepasar los diez segundos que invita a moverse a otro lado.

Cada equipo tiene sus salones donde comer, celebrar las charlas técnicas y matar el tiempo. Los entrenamientos están asignados en lotes, con mucho espacio para la desinfección entre la práctica de uno y otro equipo.

Sin apenas nada que hacer, más allá que pasar el rato en la habitación, ver películas o dar la nota en vídeos de TikTok, la pesca se ha convertido en el ocio favorito de muchos jugadores. El complejo tiene un lago donde tirar el anzuelo y dejar pasar el tiempo mientras pican. El servicio de Disney tiene una docena de cañas y, al parecer, se agotan cada día. Paul George, la estrella de Los Angeles Clippers, ha alardeado de sus capturas en redes sociales y ha enganchado a otros compañeros en la práctica, como Montrezl Harrell y Reggie Jackson. Rivales como Jonas Valanciunas, de Memphis Grizzlies, o Kyle O’Quinn, de Filadelfia Sixers, también se han sumado. Incluso la NBA ha organizado pequeñas excursiones en barco para salir a pescar.

En la burbuja también hay díscolos. Es el caso de Dwight Howard, el pivot de Los Angeles Lakers. En un encuentro con seguidores en redes sociales del pasado fin de semana, se mostró en contra de la obligación de llevar mascarilla en las zonas comunes –muchos jugadores se mezclan en lugares como Rix Bar and Grill, el único sitio donde se escapan de la comida repetitiva que les dan sus equipos– y, para rematar, defendió que él no cree en vacunas. La NBA tiene un estricto protocolo de sanciones e incluso suspensiones para aquellos que no cumplan con las obligaciones sanitarias establecidas.

Está por ver si las buenas noticias se alargan una vez suene el pitido inicial y chirríen las gomas de las suelas contra el parqué. La liga regresa el 30 de julio con dos partidos –el clásico angelino de Lakers contra Clippers, y New Orleans contra Utah, y los equipos jugarán ocho encuentros para decidir quién entra en «playoffs» La fase final comenzará el 18 de agosto y, si hay séptimo partido en la final, habría campeón el 13 de octubre.