Entrevista
Garuba: «Si las broncas de Laso me sirven para aprender, como si me echa mil por partido»
El pívot se presenta en sociedad con una charla en profundidad en la que demuestra que tiene las ideas muy claras
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Iniciar sesiónNo está acostumbrado a conceder entrevistas y los nervios, esos que nunca tiene en la pista, se le notan en la voz a Destiny Usman Garuba (Madrid, 2002). Sobre todo al principio, porque según avanza la conversación con ABC va soltándose ... y dejando a un lado la timidez. A pesar de sus 18 años, el pívot sabe evitar los charcos y dejar claras sus ideas. Solo así se entiende que haya quemado etapas con una precocidad insólita. Debutó en el Real Madrid con 16 años y a los 17 ya era titular, superando en esa meta a un ídolo reciente como Luka Doncic, uno de sus espejos más cercanos. De raíces africanas, el pívot reconoce que odia perder a cualquier cosa y que como más disfruta, cuando tiene tiempo libre, es durmiendo.
Destiny o Usman, ¿cómo prefiere que le llamen?
A ver, mi primer nombre es Destiny, pero la mayoría de la gente ahora me conoce como Usman. Mi madre es cristiana y mi padre musulmán y por eso me pusieron dos nombres, uno relacionado con cada religión. Destiny solo me lo dicen en casa o mis amigos más cercanos. Esos que conozco desde que era un niño. Para el resto soy Usman.
¿Hablando de destino, en el suyo estaba jugar en el Real Madrid?
La verdad es que cuando era un niño no me veía ni jugando al baloncesto, así que imagina. Poco a poco va pasando el tiempo. Vas viendo que mejoras y que es posible llegar al primer equipo, pero a mí de pequeño lo que me gustaba era el fútbol.
¿Cuándo empezó a jugar al baloncesto?
Si no recuerdo mal, alrededor de los ocho años. Íbamos al parque y jugaba allí, pero porque lo hacían mis amigos. A mí no me gustaba. Como le digo, yo era más de jugar al fútbol…
¿Y de qué jugaba?
Me gustaba ponerme de portero. No era muy bueno, pero me lo pasaba bien. Quería parecerme a Casillas…
¿Cuándo dio el salto a la canasta?
Pues con diez años me apunté en el equipo de mi pueblo, Azuqueca de Henares, y desde entonces ha pasado todo muy rápido, porque enseguida llegó el Real Madrid y después de algunos años he llegado al primer equipo.
En el Real Madrid también juega su hermano. ¿Esos genes familiares tienen algún origen?
Pues mi padre y mi tío jugaban al fútbol en Nigeria, pero a nivel provincial. Nosotros somos los que más lejos estamos llegando en el deporte.
Sus padres son nigerianos, ¿cómo llegan a España?
Pues primero llegan a Bélgica, hace como 23 o 24 años. Lo hacen buscando una vida distinta a la que tenían en su país y, tras una visita a España, deciden trasladarse aquí. Querían buscar algo diferente y les gustó Madrid.
¿Le queda algo de esas raíces africanas?
Muchas cosas. Mi día a día está muy apegado a mis raíces africanas. Sigo viviendo con mis padres y muchas de las costumbres que tenemos son, por así decirlo, nigerianas. Somos gente sencilla y humilde. Los valores que me han inculcado son esos. Y el esfuerzo en el trabajo.
¿Ha viajado alguna vez a Nigeria?
No he podido, pero me gustaría ir. Los veranos suelo tenerlos muy ocupados por la selección y apenas me queda tiempo entre el final de los campeonatos y la pretemporada. Es algo que tengo en mente y que me gustaría cumplir en algún momento.
Siempre ha sido un jugador precoz, acostumbrado a jugar con niños mayores y a superarles. ¿Le ha ayudado eso a ser mejor jugador?
Yo nunca me he fijado en eso. Me da igual cómo sea el rival, yo solo me centro en mí mismo. En jugar lo mejor posible y en hacerlo a tope. Así es como he llegado hasta aquí y no me ha ido mal.
¿Le paran ya por la calle? ¿Le gusta la fama?
Sí, ahora sí que empiezan a reconocerme por la calle. Me piden fotos o algún autógrafo. En Azuqueca es distinto, porque me conoce todo el mundo, pero solo me paran para saludarme. Soy uno más. Me gustaría pasar más desapercibido, pero entiendo que es parte de ser jugador del Real Madrid.
¿Siente que le han salido más «amigos» desde que juega en el primer equipo?
Tengo los mismos amigos de siempre, los que conocía desde que era un niño. Eso no ha cambiado y sé bien quiénes son mis amigos de siempre.
¿Se acuerda del primer día que entró al vestuario del primer equipo?
¡Claro! Estaba muy nervioso y saludé tímidamente a todos… pfff. Me acuerdo de ese día como si fuera ayer mismo.
¿Ha cambiado mucho en este tiempo?
Ser soy el mismo, pero aquellos nervios del primer día han desaparecido ya. Creo que he cambiado sobre todo en la pista, porque soy mejor jugador y puedo hacer más cosas. Creo que el camino ahora no es estancarme y pensar que ya he llegado a la meta porque estoy en el primer equipo. Tengo que añadir más cosas a mi juego y mejorar las que me han traído hasta aquí. Hay que innovar.
¿Qué ha sido lo más duro de estos últimos dos años?
Dedicas muchas horas, porque además de los entrenamientos hay muchos viajes y pasas mucho tiempo fuera de casa, pero con estos compañeros que tengo no me cuesta nada. Me ayudan mucho en todo momento y así las cosas son más fáciles.
¿Qué le dice Laso? ¿Qué le pide?
Pablo lo que me dice es que siga tirando aunque falle. Me lo repite mucho, que siga. Que ya entrarán. Me lo dice muchas veces y me viene bien que me dé esa confianza, porque normalmente al fallar empiezas a tener miedo o a tomar malas decisiones, pero su confianza me ayuda a evitar esos fallos.
Pero menudas broncas echa también…
(Se ríe). Sí, pero así son los entrenadores. Quieren que lo hagamos lo mejor posible. Si las broncas son para que lo haga mejor, pues bienvenidas sean. No es una cosa mía, Pablo es así con todos. Cuando tiene que decir las cosas, las dice. Si las broncas de Laso me sirven para aprender, como si me quiere echar mil por partido.
¿Quién es su mejor apoyo en el vestuario?
Me llevo muy bien con todos. No podría decirle solo una o dos personas, porque somos un vestuario muy unido y es algo que es muy bueno para que luego salgan bien las cosas en la pista.
¿Es de los que le gusta quedarse a ver los partidos de la NBA por la noche?
Pues depende, si no tengo entrenamiento por la mañana pronto, pues no. Pero si hay día libre siempre es interesante ver otro baloncesto.
¿Y se imagina jugando allí?
No sé, la verdad. Yo ahora lo único que pienso es en el Real Madrid, en jugar aquí y hacerlo lo mejor posible. Quiero ganar todos los títulos posibles y no pienso para nada en eso.
Aunque sea algo lejano, ¿le llama la atención?
Es que yo no pienso en lo que pasará dentro de un tiempo. Pienso en el día de hoy y en el partido de este fin de semana.
¿Y la selección absoluta, le hace ilusión?
Por supuesto. Sería un sueño debutar con la absoluta, pero como le digo. Voy día a día. Si hay una llamada de Scariolo estaré contento y listo para la ocasión.
Su generación sale casi a medalla por campeonato, ¿se les podría comparar con los Júnior de Oro?
Bueno, España tiene muchos buenos jugadores que vienen haciéndolo bien en las categorías inferiores y si nos comparan con ellos es porque estaremos haciendo un buen trabajo. Somos un grupo muy bueno que tenemos ambición de poder hacerlo bien en la absoluta en los próximos años.
¿Un deseo dentro y fuera de la pista?
Dentro de la pista me gustaría, obviamente, ganarlo todo y fuera de ella mi deseo es que acabe ya esta pandemia. Que todos los médicos y sanitarios que han estado trabajando por nosotros puedan tener una recompensa a su esfuerzo. Quiero que todo esto se acabe, que podamos volver a la normalidad. Que pueda haber público a vernos al WiZink y que todos puedan volver a disfrutar de la vida.
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