Antetokounmpo, del «top manta» a ser el jugador mejor pagado de la NBA

La de Antetokounmpo es una historia de superación y esfuerzo que comienza cuando sus padres llegan a Grecia como inmigrantes ilegales dejando atrás una vida complicada en Nigeria y buscando un futuro para sus hijos. Ya en Atenas nace Giannis, uno de sus cinco vástagos, que en sus primeros años de vida tiene que ayudar al núcleo familiar y lo hace vendiendo gafas, bolsos y relojes en el «top manta» junto a sus hermano Thanasis , con el que actualmente comparte vestuario en los Bucks.

Todos los hermanos Antetokounmpo, menos Francis -el mayor y el único que, curiosamente, nació en Nigeria-, encontraron en el baloncesto la vía de salida para alejarse de las calles y los peligros que acechaban. Así, además de Giannis y Thanasis , tanto Kostas como Alex se dedican de manera profesional a la canasta. El primero fue campeón con los Lakers el pasado verano y el segundo, el más joven de la saga, crece estos días en el UCAM Murcia , desde donde espera dar el salto a la NBA en los próximos años. En sus venas corre sangre de deportista, pues su padre fue futbolista profesional en Nigeria y su madre era saltadora de altura.

Fueron los Bucks los que apostaron por él en el draft de 2013 , en el que las franquicias dejaron pasar su nombre durante las primeras catorce elecciones. Algunas seguirán recordando hoy ese error. Con el 15, sonó un nombre larguísimo, como sus brazos. Antetokounmpo. Entonces, pocos sabían escribirlo bien. Ninguno lo pronunciaba con acierto. Hoy, es archiconocido en la liga.

Su explosión en la NBA no fue inmediata, pero en Milwaukee supieron darle el cariño que necesitaba para crecer y hacerse gigante. Para convertirse en la superestrella que ya apuntaba maneras cuando el CAI Zaragoza puso sus ojos en él e, incluso, le firmó un contrato de cuatro años que nunca pudo cumplir porque optó por dar el salto a la gran liga.

Le cuesta tres años hacerse un sitio entre los mejores, pero ya en 2016 es elegido All Star . De ahí, hasta hoy, su crecimiento ha sido exponencial y no tiene límites. El año pasado promedió 29,5 puntos, 13 rebotes y 5,6 asistencias, llevando a los Bucks a las puertas de la final del Este. Una decepción mayúscula después de que el equipo hubiera firmado el mejor balance de victorias y derrotas de la liga , lo que le convertía en favoritos para un anillo que solo visitó la franquicia en 1971.

Para lograr la reconquista, los Bucks han tenido que convencer a Giannis durante el verano, pues la derrota ante los Heat creó dudas en el griego. El equipo ha buscado rodearle de mejores jugadores y así han llegado piezas clave para alcanzar el anillo como Jrue Holiday, DJ Augustine o Bobby Portis . Jugadores que deben apuntalar la segunda unidad y ser complemento para Antetokounmpo y su escudero, Khris Middleton .

Además de reforzar al equipo, los Bucks han echado el resto para retener a Giannis, tentado por grandes ofertas, aunque ninguna como la que los Bucks podían ponerle sobre la mesa. Una superextensión máxima de 228 millones de dólares en cinco años. La más grande de la historia. Alrededor de 45 millones por temporada , dos más que Stephen Curry, que hasta el momento era el mejor pagado de toda la NBA. Antetokounmpo podría elegir salir de manera unilateral del equipo a partir de la cuarta temporada, en una cláusula liberatoria que le abre las puertas de otros equipos cuando cumpla 30 años.

Ahora, es el turno del jugador griego, que tiene en sus brazos la misión de llevar de nuevo el anillo hasta Milwaukee. No será fácil, pues hay equipos muy potentes que tienen el mismo objetivo en esta NBA extraña que comenzará en diez días y que disputará una temporada regular más corta de lo habitual por culpa del coronavirus. «Esta es mi casa, mi ciudad. Estoy agradecido por poder formar parte de los Bucks durante otros cinco años. Hagamos que sean historia. Empieza el show. ¡Vamos! », escribió el jugador en sus redes sociales nada más hacerse pública su renovación. Felicidad que será completa cuando logre, al fin, su primer anillo de campeón, cerrando un círculo que le ha llevado de las calles de Atenas a brillar en la NBA y soñar con el título.