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Mundial de Atletismo

El ocaso de Jamaica

El Mundial certifica el hundimiento de los caribeños en las pruebas de velocidad

Ashley Mclaughlin-Whilby es asistida tras caer lesionada en el 4x400 AFP

Una silla de ruedas es la imagen de la debacle de Jamaica, el país de referencia al que emigraron atletas de todo el mundo durante la última década en busca del elixir de la velocidad. Un asiento con respaldo se postuló en la pista de ... Londres para aparcar a Usain Bolt en la final de 4x100 (lo rechazó el astro y, digno, cruzó la meta cojeando) y el mismo utilitario se llevó a Ashley Mclaughlin-Whilby , cuando la atleta dio un respingo y cayó lesionada en la final de 4x400. El Mundial de Londres no tiene un nombre al que encumbrar, queda desierto el título honorífico porque al sudafricano Wayde van Niekerk , gélido cual ruso siberiano, le vino grande la aventura del récord mundial de 400, el oro en la misma prueba y la victoria en 200. Ha sido el certamen de los velocistas blancos (el turco Guliyev, la holandesa Schippers) que se sublevan contra la jerarquía de jamaicanos y estadounienses negros. El Mundial de la resaca olímpica, por la cual una ley no escrita en el atletismo impide a los campeones en los Juegos disfrutar de un verano venturoso al año siguiente. Muy pocos han repetido. Y, por encima de todos, ha brillado un rebelde, Isaac Makwala . Él solo, con su férrea determinación y un Facebook incendiario, provocó una insurreción ante la IAAF ya que le había negado la final de 400 por un virus. La foto de Makwala corriendo solo una serie de 200 metros bajo la lluvia y dedicando su clasificaciÓn al público con unaS flexiones en los charcos reconciliaron a la gente con las ganas de pelear.

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