La Comunidad de Madrid se hermana con Pekín, organizadora de los JJ.OO. de 2008

La firma del acuerdo de hermanamiento -primero que suscribe Aguirre como presidenta de la Comunidad- cerró su primera jornada de la visita oficial a China, país al que se ha desplazado junto con empresarios y políticos de Madrid para reforzar la cooperación y las relaciones comerciales y económicas con el país asiático.

Los actos de Aguirre en Pekín esta tarde estuvieron, sin embargo, más enfocados a su cargo de presidenta regional del PP de Madrid, en virtud del cual se entrevistó con varios miembros destacados del Partido Comunista chino, que la recibieron con amabilidad aunque rodeada de grandes medidas de seguridad y de un control férreo que casi impidió trabajar a los periodistas españoles que le acompañan.

En el otro extremo, la nota distendida de la jornada la puso la entrevista de la presidenta con el alcalde de Pekín, en la que ambos no cruzaron ni una palabra acerca de la candidatura olímpica Madrid 2012, a pesar de que el regidor es vicepresidente del Comité Organizador de los Juegos de 2008.

Aguirre invitó al alcalde a visitar Madrid, oferta que este aceptó pues, dijo, es gran admirador del jamón español, el flamenco, el Real Madrid y la vida nocturna madrileña, de la que guarda buenos recuerdos de una visita a la ciudad, hace más de 10 años.

Señaló que Madrid tiene un importante atractivo turístico para China, por su "modo de vida y su clima excelente" y aceptó el intercambio de intereses culturales que le propuso la presidenta madrileña, que obsequió al regidor con un balón de fútbol firmado por los jugadores del Real Madrid, tres zarzuelas y un caballo de bronce, en tanto que ella recibió una placa conmemorativa.

La firma de hermanamiento de la Comunidad de Madrid y Pekín, un brindis con vino espumoso chino, que Aguirre hizo "por Pekín, por Madrid, por China y por España", y una foto de familia de las autoridades municipales y la delegación madrileña, puso fin a la visita oficial al Ayuntamiento, a la que siguió una cena privada.

Previamente, Aguirre, acompañada por la mayoría de los políticos que asisten con ella a este viaje oficial, se entrevistó con el viceministro de política internacional del Partido Comunista Chino, Zhang Zhijun, con el que almorzó en la sede del ministerio, un suntuoso edificio de mármol, arañas de cristal en los techos, limpia calzados automáticos y costosos muebles, pero sin un solo símbolo o emblema comunista.

Lo mismo sucedía en la sede de la Conferencia Consultiva del Pueblo Chino, donde la presidenta se entrevistó con Jian Qinglin, el cuarto dirigente político en importancia en el PC chino, o en el Ayuntamiento, donde conversó con Liu Qi, secretario general del PC de Pekín, y presidente del Comité Organizador de los Juegos de 2008.

Todos destacaron el fortalecimiento que han adquirido las relaciones bilaterales entre España y China desde que ambos países restablecieron sus lazos diplomáticos, hace 33 años, el impulso que supuso para las relaciones comerciales y la cooperación que se inició desde que en 2003 se creó el Foro Internacional Chino, que se reunió por última vez en noviembre, en Barcelona.

La presidenta, a la que el Gobierno chino traslada por las calles de Pekín en un lujoso vehículo negro, engalanado con la bandera de España y fuertemente escoltada -lo que no le evita soportar el caos de tráfico de la esta ciudad- intercambió regalos con los dirigentes comunistas, costumbre arraigada en China, entre los cuales había varias ediciones del 'Quijote' en chino, balones del Real Madrid, maquetas del Palacio Real y un informe de la candidatura madrileña a los Juegos de 2012.