Carmen Herrera: la reina Midas del judo español

"Esto es la cumbre de mi carrera", espetó la protagonista con su preciado metal en las manos. Una carrera que inició a los 21 años, después de haber pasado por muchos deportes que no la llenaron tanto como el tatami. Siempre en busca de nuevos retos, Herrera no paró hasta descubrir que el kimono le sentaba de maravilla.

El albinismo con el que nació devino en una paulatina reducción de la visión , y lejos de acostumbrarse a ver cada vez menos, su mente volaba hacia cotas cada vez más altas. quería ganar una medalla paralímpica y se puso a trabajar en constriur ese deseo en la Universidad de Málaga donde se entrena.

Y donde estudia, pues le encanta la tecnología y no dudó en embarcarse en informática . Y poco tiempo le queda, pero la música y la pintura se encuentren entre otras de sus pasiones. Dentro del tatami se encuentra cómoda, como lo demuestras sus muchísimos logros. Aparte de los tres oros en Juegos Paralímpicos y en los Mundiales de Antalya en 2011 y Brasil en 2007, fue campeona de Europa en 1999, 2001 y 2005. Pero no solo compite contra otras judocas discapacitadas, no le tiene miedo a nada y los no discapacitados también suelen caer ante su fuerza, su seguridad y su buen hacer.

El judo para invidentes tiene la singularidad de que los dos combatientes deben permanecer agarrados toda la contienda. Y en un deporte en el que la intencionalidad se expresa en los gestos, resulta fascinante la capacidad de Herrera para leer a sus rivales. Pero ella tiene un secreto: " Concentro todo el judo que llevo practicando todos estos años y lo proyecto en mi rival ". Así ocurrió en la final, contra su amiga Tatia Savostyanova. Se conocen bien, pero Herrera se defiende atacando y logró su objetivo, por tercera vez, por todas las veces que se ha celebrado esta modalidad. Aunque en esta ocasión la entrega de medallas tuvo a la Infanta Elena como invitada de excepción. Un reconocimiento único para una deportista sin parangón.