Aparece muerto en Barcelona el ex portero de waterpolo Jesús Rollán
BARCELONA. Jesús Rollán, considerado uno de los mejores porteros de waterpolo de la historia y que tantos éxitos dio a la selección nacional en su etapa en activo, fue hallado muerto ayer en un conocido balneario de la localidad barcelonesa de La Garriga, en donde ... pasaba unas jornadas de descanso.
Nada más conocerse la noticia se produjeron un sinfín de especulaciones, acentuadas más si cabe por las depresiones que sufría el ex portero desde que pusiera fin a su carrera después de los Juegos Olímpicos de Atenas 2004. Al parecer, se lanzó por una ventana del centro.
Desde el pasado mes de noviembre, Rollán estaba en tratamiento en el marco del programa Tutoría de Deportistas reactivado en octubre por el presidente del Comité Olímpico Español (COE), Alejandro Blanco. De hecho, el propio Rollán solicitó personalmente esta ayuda.
El COE sugirió a Jesús Rollán su ingreso en un centro especializado, lo que el jugador hizo hace cinco meses. En la actualidad se encontraba en la segunda fase del tratamiento y el COE se mantenía informado sobre la evolución del campeón olímpico a través de su familia.
La última vez que el Comité Olímpico Español supo del estado del ex portero de waterpolo fue la semana pasada por medio del responsable del programa de tutoría del COE, Alfredo Gómez, quien habló con la madre de Jesús Rollán. En apariencia todo seguía un curso normal.
Jesús Rollán nació en Madrid el 4 de abril de 1968, aunque su vida transcurría en Barcelona. Enrolado al Club Natación Cataluña, la vida deportiva del portero está plagada de éxitos. Era uno de los hombres más carismáticos de la selección nacional en la década de los noventa y llegó a participar en cinco Juegos Olímpicos (Seúl, Barcelona, Atlanta, Sidney y Atenas).
Portero por casualidad
Una lesión de ligamentos cruzados le empujó a dedicarse al waterpolo definitivamente. Eligió la posición de portero porque, como llegó a reconocer, «entrenaba mucho menos». Y su evolución fue tan notable que resultó ser la mejor promesa de la especialidad y se ganó una plaza en la Residencia Blume.
Dio sus primeras brazadas en el madrileño club Vallehermoso y de ahí dio el salto al Cataluña. Con la selección lo ganó absolutamente todo, desde la medalla de oro en Atlanta a los mundiales de Perth y Fukuoka. Como jugador de club, Rollán fue campeón de Europa en dos ocasiones y con dos equipos distintos, primero en 1995 con el Cataluña y después, en 2003, con el Pro Recco, con el que también ganó una Liga italiana.
Siempre explicaba que jugar al waterpolo era lo único que sabía hacer. Y mal no le fue, aunque tuvo que precipitar su adiós por diversas lesiones. En Atenas se acabó todo. Su presencia fue testimonial -apenas pudo jugar unos minutos en un partido sin trascendencia ante Egipto, en la primera fase- debido a una insistente lesión por la que el seleccionador Joan Jané a punto estuvo de no convocarle, aunque cedió como reconocimiento por sus años anteriores y por lo que representaba en la selección.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete