Atletismo
África toma velocidad: los inesperados nuevos reyes de los 100 metros
Por vez primera, el continente de los fondistas acapara los tres primeros puestos del ranking mundial de la disciplina estrella
Ignacio Romo
Es la tierra de las carreras largas, de los atletas de largo aliento. Hasta este año. África ha dominado de forma constante en las últimas cuatro décadas los campeonatos de campo a través, los grandes maratones, las pruebas de 5.000 y 10.000 metros… ... Sin embargo, en este mundo cambiante, el continente negro está avisando de lo próximo que viene: el dominio en los 100 metros, el test máximo de la velocidad, la prueba reina del deporte rey.
El pasado sábado, Joseph Amoah triunfaba en los 100 metros, en Baltimore. El velocista de Ghana corrió con su habitual potencia, de menos a más, y cruzó la meta destacado. Detuvo el cronómetro en 9.94, su récord personal, un crono excelente para el mes de abril, el comienzo de la temporada, cuando los mejores velocistas aún se encuentran en la fase de carga de los entrenamientos, sin afinar. El crono de Amoah le situaba segundo en el ranking mundial de 2022 por detrás de otro velocista … ¡de Ghana!
A finales de marzo, en Tejas (los velocistas africanos están siendo formados en su mayoría en las universidades estadounidenses), otro atleta de Ghana había logrado un crono descomunal en el hectómetro. Benjamin Azamati, de 24 años, corrió en 9.90 en su competición favorita, los ‘Texas Relays’.
El despegue de Gaha
El caso de Ghana es especialmente relevante por la densidad de velocistas de élite que está generando. El año pasado su cuarteto de relevos 4x100 metros alcanzó la final olímpica. Azamati, Amoah, Safo y Yeboah componen un equipo capaz de competir por el oro este año en los Mundiales de Oregon. El año pasado los 38.08 de Ghana les situaron por delante de Estados Unidos en el ranking mundial.
El tercer velocista africano que ha despuntado ya este año es Ferdinand Omanyala, un keniano que está derribando el mito de que su país es tan solo una tierra de atletas de largas distancias, la patria de los Kalenjin que dominan las carreras de maratón todos los fines de semana. Omanyala ganó hace dos semanas los 100 metros de Johannesburgo con 9.98.
Por vez primera África acapara los tres primeros puestos del ranking mundial. Los expertos se preguntan si estamos ante una situación casual o si esto indica un cambio de paradigma, el alumbramiento de una nueva era donde los estadounidenses y los caribeños van a perder una hegemonía de décadas en la prueba de la velocidad explosiva.
Botswana es otro país que está llamando la atención en los círculos atléticos. Letsile Tebogo corrió en febrero en 10.08 en una prueba disputada en el Estadio Nacional. Los técnicos apuntan a él como uno de los atletas de más futuro del continente. Sólo tiene 18 años.
Ángel David Rodríguez, ocho veces campeón de España de 100 metros opina que «la genética, la globalización de los sistemas de entrenamiento y la formación de entrenadores, incluso a través de internet» es una de las razones que explican esta irrupción de los velocistas africanos. «En cualquier colegio africano donde haya un entrenador moderadamente formado, nacerán grandes velocistas. Opino que la tradición pesará cada vez menos en las pruebas de velocidad y que los grandes atletas del futuro serán cada vez más jóvenes y nacerán en cualquier sitio, pero preferentemente en zonas con calor durante todo el año», añade el velocista de Móstoles, de 42 años.
Manolo Carballo, finalista en los Europeos de 1973 y gran pionero de la velocidad española, añade que «África es el gran reservorio de los sprinters del futuro, y tanto en categoría masculina como femenina. No olvidemos que el origen último de todos los grandes velocistas está allí, en los atletas de raza negra».
Javier Arques, quizá el más sólido velocista español de la historia, matiza esta nueva aparición de reyes africanos. «Hace 30 años todos pensábamos que el poder de la velocidad iba a ser africano con la aparición de los nigerianos, cuando Chidi Imoh corrió en 10.00. Las universidades americanas les abrían sus puertas y parecía que las penurias económicas que sufrían en su país podían quedar superadas. Sin embargo, con el tiempo los fondistas africanos se beneficiaron más de ese sistema y los velocistas de élite siguieron siendo los estadounidenses y jamaicanos». El atleta alicantino se suma, en cualquier caso, al impulso de esta nueva ola africana: «Soy de los que piensa que la velocidad está en África. Vamos a ver si ya les ha llegado el momento».
Omanyala, plusmarquista continental con 9.77, es el valor más contrastado. Y también el más optimista. El keniano declaró en marzo: “Creo que puedo batir el récord mundial de Usain Bolt . Los 9.58 están a mi alcance y voy a demostrarlo”. Eso ya son palabras mayores. África crece pero el listón situado por Jamaica está aún muy alto.
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