Vicente Vallés: «No viajo sin el calendario de partidos del Atlético de Madrid»

Criado en una familia de orígenes humildes, de sus padres aprendió el valor del trabajo y un sentido de la curiosidad que desembocó en la profesión que hoy desempeña. Si la Transición también la hicieron los periodistas, ahora les toca a ellos defenderla con información, dijo cuando recibió uno de los múltiples galardones que tiene en su haber. Autor de los ensayos 'Trump y la caída del imperio Clinton' (2017) y 'El rastro de los rusos muertos' (2019), ha presentado este año su novela 'Operación Kazán' (Planeta), ganadora del premio Primavera.

Forjado en la SER, en TVE y Telemadrid, exdirector y presentador de programas como 'La mirada crítica' (Telecinco) y 'La noche en 24 horas' (Canal 24 Horas de TVE), desde 2016 capitanea los informativos de Antena 3. A diferencia de otras ocasiones, en esta charla no habla de política estadounidense o de su análisis detallado del panorama político en España, sino de otras facetas: su gusto por el fútbol, la música y los libros de espías. También sus imprescindibles de viaje y otros detalles sobre cómo hacer maletas en verano.

—¿Hubo viajes importantes para usted? ¿Recuerda cuál fue su primera maleta?

—Sí, hay un viaje definitivo en mi vida. Lo hice gracias a la suerte de que mis padres tuviesen unos amigos americanos, que me invitaron a pasar un verano con ellos cuando yo tenía diez años. Ellos vivían cerca de Nueva York, a una hora más o menos de camino. Fue determinante para muchas de las cosas que me ocurrieron después.

—¿Qué llevó en aquella maleta?

—Además de las cosas habituales, llevaba un balón de fútbol, porque sabía que ahí, donde apenas se practica ese deporte, lo iba a echar de menos. Metí en la maleta ese balón de fútbol para jugar yo solo en el jardín de la casa. Eso fue exactamente lo que hice.

—¿De qué volvió llena aquella maleta?

—La de los diez años seguramente la traje con algunos discos. Aunque era pequeño todavía, ya había desarrollado afición a la música. Era un poco simple aún en mis gustos musicales. Ese viaje lo repetí cuando tenía 18 años. Ya estaba en el primer curso de la universidad. Casi tuve que dejar ropa, de la cantidad de libros y discos que me traje. Debía de ser el año 1982. Antes no existía internet, no tenías acceso a artistas poco conocidos. Solo se escuchaban en España los que emitían en la radio. En ese viaje conocí a un montón de artistas que me gustaron muchísimo.

—¿Sobre qué trataban los libros que trajo?

—Muchos sobre periodismo americano y su historia. Por ejemplo, del caso Watergate. También algunos libros de la historia de Estados Unidos.

—¿Qué pesa más: una maleta para ir de vacaciones u otra para cubrir unas elecciones?

—Una maleta de trabajo pesa más, porque tienes que llevar documentos. Ahora las cosas se han simplificado bastante. Yo lo llevo todo en mi tableta. Los libros me los compro en formato digital, aunque los tenga en papel. Eso alivia mucho el peso de la maleta. Normalmente, como mucho, me llevo un libro en papel y el resto en digital.

—¿Qué mete en su maleta un autor en promoción?

—Mucha paciencia (risas), porque es intensa y es larga. Son muchos viajes. Aunque, al mismo tiempo me lo paso muy bien, porque me permite salir de Madrid y viajar por el resto de España a otras ciudades. Y algo muy importante: me permite contactar con los lectores. Es muy enriquecedor.

—¿Qué libros suele llevar en su equipaje?

—Depende de las circunstancias. Si voy de vacaciones, me apetece la lectura de entretenimiento. Soy muy lector de historias de espías. Mi gran referente es Frederick Forsyth. También me gusta mucho John le Carré. Justamente, ahora estoy leyendo su libro póstumo.

—¿Hay algo que no pueda faltar en su equipaje?

—Soy muy futbolero y si hago un viaje que dure más de dos semanas, aunque sea en verano, que es pre temporada, me llevo apuntado el calendario de los partidos del Atlético de Madrid, por si tengo ocasión de ver alguno. Sin duda, no me voy de viaje sin eso.

—Cuando uno tiene hijos, ¿se desordena más la maleta?

—Se complica un poco más. En casa siempre tenemos debate cuando toca irse de viaje. Mi intención inicial es evitar facturar. Pero es verdad que cuando el viaje es largo hay que llevar más cosas y se vuelve imprescindible facturar. El debate que le sigue es si llevamos maleta grande o maleta mediana. El asunto es entretenido. A veces tenemos discusiones grandes por eso; es complicado pero divertido. Significa que es el preludio de las vacaciones… y eso es fenomenal.

—¿Qué no se lleva en la maleta el jefe de informativos cuando se marcha de vacaciones?

—No hay ninguna cosa que diga 'esto bajo ningún concepto me lo llevo'.

—¿Ni siquiera los periódicos?

—Siempre los llevo encima porque se descargan automáticamente en la tableta. De todas maneras, disfruto mucho leyendo los periódicos en verano. Los leo relajado, con calma, puedo repasar páginas que no tienen que ver con la política o información internacional, pero que cuando estás trabajando tienes que descartar porque no tienes tiempo.

—¿Ve los informativos en vacaciones?

—Es raro que no lea periódicos todos los días, incluso en verano. En cambio, no tengo la pulsión de ver los informativos. Si viajo a otro lugar, sí que me da la curiosidad de echarles un ojo.

—Hay maletas que no se olvidan, por el horror que supone hacerlas… o deshacerlas. ¿Tiene alguna de ese tipo?

—Las maletas de las mudanzas siempre son terribles. Porque tienen dos almas. El alma de 'qué maravilla, voy a ir a otro sitio que me apetece mucho', pero por otro lado está el alma de 'qué lástima dejar esta casa donde he tenido estas vivencias'. A las mudanzas les pasa lo mismo. Esa idea de meter en la maleta cosas que voy a dejar atrás. Te dejan por un lado melancolía y por otro mucho entusiasmo.

Acumula más de 30 años de carrera tanto en medios de comunicación públicos como privados, ha sido responsable de programas de informativos, entrevistas y tertulias y tiene en su haber, entre otros, un premio Iris, un Ondas y el Francisco Cerecedo, que recibió en el año 2020 de manos de los Reyes Felipe VI y Letizia. El actual director de los informativos nocturnos de Antena 3 es una de las voces más precisas en época de epidemia, polarización, guerra, crisis económica y posverdad. Vallés es todo lo incómodo que pueda resultar un periodista no alineado, neutral y de espíritu crítico, sobre todo, por su capacidad para convertir los informativos en espacios de reflexión gracias a su contextualización de los hechos, la exposición y el análisis de la noticia, así como el contraste de los datos. Justo por ese motivo se convirtió en diana de los ataques del Gobierno de coalición. El más beligerante de ellos fue el exvicepresidente segundo, Pablo Iglesias.

Vicente Vallés cuenta las noticias, pero no como lo haría un autómata. «El periodismo es información y análisis de esa información. En mi caso en particular siempre he utilizado los datos reales para trasladar a los espectadores un análisis de lo que está pasando, de manera que ellos puedan sacar sus propias conclusiones. El periodista ha de ser un intermediario entre los datos y los espectadores, los lectores y los oyentes. Eso es lo que yo intento hacer».

Pocos como él tienen la capacidad para analizar cómo vendrá el próximo curso político e informativo, condicionado por las consecuencias políticas y económicas de las restricciones energéticas así como por un panorama preelectoral que determinará muchos de los temas de la agenda pública a la vuelta de vacaciones.

—¿Cómo cree Vicente Vallés que será el verano político en España?

—Seguramente será un verano político con muy poco descanso. La guerra de Ucrania y sus consecuencias económicas tienen efectos en la política nacional e internacional, y eso no dará mucha tregua ni al Gobierno ni a la oposición. Además, unos y otros están preparando desde ahora mismo un otoño que promete ser difícil, cuando ya estamos a menos de un año para las elecciones autonómicas y municipales, y a año y medio para las generales. Y eso pone a los políticos muy nerviosos...