José Garrido: «A un antitaurino lo llevaría al campo»

-¿Cómo afronta San Isidro?

-Como un reto y como una oportunidad. Puede ser una feria muy importante para mí, pues todo lo que suceda en la plaza va a ser crucial para mi vida.

-El día 20 de mayo, toros de Alcurrucén para El Juli, Castella y usted confirmando la alternativa.

-Un cartel soñado, uno de los más esperados, muy de Madrid, que ha generado mucha expectación y tengo la suerte de estar ahí. Para ese día todo es motivación; por un lado, porque es la plaza más importante del mundo, y por otro, al estar junto a dos figuras del toreo.

-Y aún tiene una tarde más, la del 26 de mayo, con los toros de Parladé y con Padilla y Fandiño de compañeros.

-¡Uf! Fíjese, Fandiño y Madrid van juntos de la mano y Padilla que no cesa de apretar ni un momento. Es una corrida en la que tengo que rematar, aprovechar todo lo que se me ofrece en las dos tardes.

-La temporada ha comenzado bien. A hombros en una plaza de primera como Valencia y una actuación plena de compromiso y muy valorada en Sevilla...

-Ya comencé cortando tres orejas en mi tierra, Olivenza, después la tarde de Fallas tuvo gran importancia al desorejar un toro de Fuente Ymbro. Fue una bonita forma de empezar el año, y luego en la Maestranza la espada me alejó las orejas, pero la impresión que dejé y el reconocimiento que tuve compensaron.

-La temporada pasada, tras una alternativa de lujo en la Feria de Abril, se quedó prácticamente parado. ¿Qué pasó?

-Entrar en los lugares de privilegio del escalafón es muy difícil. Es verdad que me costó meter la cabeza, pero el final de temporada compensó todo y pude quedar con muchas opciones para esta.

-Las figuras no estaban dispuestas a que nadie entrara en sus dominios.

-No es que no dejen entrar, es que tienen su sitio al que cuesta mucho llegar y es perfectamente comprensible que lo defiendan, yo si estuviera allí tampoco querría, y para romper esa situación no cabe más que triunfar y triunfar.

-Y unas sustituciones, que fueron las que le abrieron las puertas en ferias como Albacete, Valladolid y Logroño.

-Es verdad, ahí dije que venía para quedarme, que no iba en broma. Aquellas tardes fueron las que me dieron la vida, pues aproveché verme con las figuras y no quemé ningún cartucho.

-En ese asalto a la cúpula se suman varios toreros jóvenes que pueden dar un vuelco al escalafón. ¿Vaticina que puede haber cambio en esta temporada?

-Al final seguirán los mismos, las figuras, que son los toreros que arrasan y capaces de aguantar en lo más alto. Hay que tener en cuenta que hay toreros jóvenes que aprietan, que torean bien y que saben torear, son caras nuevas que traemos nuevos aires y que estamos demostrando que seguimos el ritmo a los que hoy están arriba; en mi caso, quiero estar ahí.

-La Fiesta está soportando un profundo ataque con el que se la quiere cuestionar socialmente. ¿Qué le diría a un antitaurino de su misma edad?

-Simplemente lo llevaría al campo, le explicaría el porqué se cría el toro de lidia, todo el carácter medioambiental y ecológico que supone el toro en el campo, la diferencia de la vida del ganado manso, que en seis meses va al matadero, con los años que vive el toro bravo en la dehesa, los valores culturales y humanos del toreo; así hasta su llegada a la plaza. Solo eso.