«La ópera es arte para todos los públicos»

¿Cuál es exactamente la labor que desempeña un director general en el Teatro Real?

Tiene como misión coordinar la gestión económica y administrativa con la artística, para conseguir una gestión cultural de alta calidad con los medios que tenemos a nuestro alcance. Es una labor mucho más creativa de lo que parece.

¿Qué nivel cree que tiene la ópera en España en comparación con Europa?

El Teatro Real es, en la actualidad, el más importante de España y eso nos sitúa entre los primeros de Europa. Nuestro nivel técnico y la proyección artística nos lleva a colaborar y coproducir, en igualdad de condiciones, con los grandes centros europeos, como el Covent Garden o la Ópera de París . Los grandes nombres de la lírica están presentes en la programación de nuestras temporadas y se han realizado estrenos mundiales que ocupan ya un lugar en la historia de la ópera. El buen nivel del Teatro Real es también el buen nivel de la lírica en España.

¿Cuál ha sido el principal estreno esta pasada temporada?

El estreno en Madrid de la versión escenificada de Moisés y Aarón, de Arnold Schönberg , sin duda una de las obras más importantes del siglo XX. Las próximas temporadas, en especial el periodo que contempla las celebraciones del Bicentenario del Teatro Real y el XX Aniversario de su reapertura, nos va a permitir abrir aun más el repertorio y cubrir las lagunas que, por las vicisitudes históricas, todavía no han subido al escenario, además de dar la luz importantes estrenos mundiales de autores contemporáneos.

¿Cuáles cree que serían los tres países europeos que formarían el pódium operístico?

Europa tiene un patrimonio musical y una tradición que no se puede reducir a sólo tres países. Quizás hay nombres más populares, más reconocibles por el gran público, como la Royal Opera House de Londres, la Opèra National de Paris o La Scala de Milán, pero como olvidar Viena, Berlín o Bruselas. Pienso que en Europa se encuentran los mejores teatros líricos del mundo y por ello debe ser entendida como un universo único.

¿Ópera para una élite o para el público en general?

La ópera es arte, el arte total, y es algo para todos los públicos. Tenemos que intentar que todo el mundo sepa lo que está sucediendo en el Teatro para que puedan acercarse a disfrutarlo.

¿Cree que la ópera puede hoy considerarse una de las actividades de «consumo cultural» en Madrid?

Sin duda, y en ello ha tenido mucho que ver el esfuerzo realizado por el Teatro Real desde su reapertura. No sólo ha recuperado el teatro de lírica de la ciudad, ha aumentado el número de funciones cada año para dar oportunidad de acceso a más espectadores, hemos llevado a cabo acciones para que nuestros espectáculos se pudieran ver de forma gratuita en plazas, museos y centros culturales, las funciones familiares y pedagógicas se agotan en cada edición. Todo esto nos ha convertido en la tercera institución cultural de nuestro país, junto al Museo del Pardo y el Reina Sofía; eso nos convierte en el teatro de ópera de referencia en España.

¿Cuál fue la labor de Gerard Mortier en el Teatro Real?

Gerard Mortier fue un gran director artístico para el Teatro Real. Su fuerte personalidad, su programación y su proyecto aportaron, sobre todo, una enorme visibilidad internacional. Era un agitador inquieto que nos abrió otras perspectivas.

¿Cuáles fueron las cualidades que apreció en Matabosch para encargarle la dirección artística?

Joan Matabosch era el hombre que necesitaba el Teatro Real, el perfil que estábamos buscando. Tiene un proyecto personal definido que sabe aunar vanguardia y tradición, atento a los gustos del público y a la exigencia del desarrollo cultural. A todo eso hay que unir su larga experiencia como director artístico de otro gran teatro, como es el Liceo , y su presencia activa en Ópera Europa.

¿Cómo afronta el Teatro Real la actual crisis?

El Teatro Real tuvo la intuición de adelantarse a esa situación. Así, cuando se produjo la primera reducción de subvenciones públicas, comenzamos un nuevo modelo de gestión e intensificamos los esfuerzos por consolidar y aumentar la participación de la sociedad civil a través del patrocinio. Hemos cambiado la dinámica de trabajo y todo ello nos ha llevado a conseguir el equilibrio presupuestario en la pasada temporada.

¿Cuáles son las causas que provocan el cambio de nombre de la Fundación?

Cuando comenzamos el nuevo modelo de gestión realizamos también un cambio en los estatutos. Se trataba de una transformación que otorgaba mayor independencia en la designación del Presidente, lo que daba continuidad al proyecto sin someterlo a las posibles variaciones de los órganos políticos, y permitía la presencia de la sociedad civil en el patronato del teatro. El cambio de nombre es un mero cambio formal.

¿Nos podría detallar los principales retos y objetivos del Teatro Real?

Queremos ser una parte esencial de la cultura española y europea, de los intereses de los ciudadanos. Otro reto que hemos asumido es de llegar cada vez a más público , con la programación de «otras músicas», como es el caso del Universal Music Festival, o apoyándonos en los avances tecnológicos, de los que hemos sido y somos pioneros, a través de producciones de ópera que serán grabadas y retransmitidas en directo en la plataforma de ópera en streaming del Teatro Real, palco Digital, cines, DVD y televisión. Queremos seguir creciendo.