Salman Rushdie reaparece por sorpresa en Nueva York: «La violencia no puede disuadirnos»

«Me siento genial», dijo Rushdie, en su estreno en la escena pública desde que un joven extremista le apuñalara varias veces sobre el escenario de la Chautauqua Institution, un centro cultural cercano a Búfalo. «Estoy muy contento de estar entre escritores y gente de libros».

Rushdie pasó años escondido después de que el ayatolá Jomeiní de Irán decretara una 'fatua' en 1989 en la que se le condenaba a muerte tras la publicación de su novela 'Los versos satánicos'.

El escritor, que residía entonces en Londres y tenía la nacionalidad británica, acabó por mudarse a Nueva York, donde en los últimos años disfrutó de una vida pública casi normal, con apariciones habituales en la escena literaria de la Gran Manzana.

El apuñalamiento hizo temer por su vida. Le dejó sin visión en el ojo derecho y problemas de movilidad en el brazo de ese mismo lado. Tuvo una convalecencia de muchas semanas y hasta febrero de este año no dio su primera entrevista tras el atentado, concedida a la revista 'New Yorker'.

PEN America le había concedido un premio al coraje, pero su presencia no estaba anunciada en la gala, celebrada en el Museo de Historia Natural. De repente, hizo su aparición por una puerta lateral y se dejó fotografiar en la alfombra roja, vestido con un traje de chaqueta oscuro y sin cuello. La lente derecha de sus gafas estaba oscurecida, para tapar la lesión en su ojo. Pronto fue rodeado de amigos y compañeros de las letras.

«Bueno, hola a todo el mundo», dijo cuando subió al estrado para agradecer el premio con un discurso corto, pero en el que no pudo reprimir una de sus principales características, el humor. «Estoy encantado de haber vuelto. Es lo contrario de no haber vuelto, que era también una opción. Estoy bastante satisfecho de que los dados cayeran así».

El escritor aprovechó su discurso para agradecer la rápida reacción de las personas que acudieron a detener a su atacante y a contener sus heridas el verano pasado en Chautauqua Institution. «Yo fui el objetivo aquel día, pero ellos fueron los héroes«, dijo. »El coraje aquel día fue todo suyo«.

Rushdie también defendió que el «terrorismo no puede aterrorizarnos» y que la «violencia no puede disuadirnos».

El premiado fue presentado por Ayad Akhtar, presidente de PEN America, que creció en un entorno musulmán conservador en Milwaukee y que consideró en su momento que 'Los versos satánicos' era un libro peligroso e inmoral. Pero cuando lo leyó, el libro le hizo llorar y le transformó, confesó.

Según Akhtar, el ataque contra Rushdie ha provocado una reacción, que ha contribuido a aclarar una cuestión que costaba resolver. «¿Es el daño que causa el lenguaje ofensivo algo con el mismo peso que la libertad de hablar, la libertad de imaginar?», preguntó. «La respuesta es: por supuesto que no. Por supuesto que no».