David Gilmour, guitarrista de Pink Floyd, en pie de guerra con todo su vecindario

Por desgracia para Gilmour, en el barrio es conocido y una organización del mismo se ha puesto en pie de guerra contra el matrimonio. Los vecinos han lanzado una campaña contra lo que ellos consideran una «atrocidad despreciable». A lo que hacen referencia es al aislamiento del ruido, que podría molestar al barrio: «Me parece algo excesivo. Sentir las vibraciones y el ruido potente de estas máquinas es disruptivo e inconsiderado para los vecinos que estamos afectados», denunciaba un vecino en Daily Mail.

Pero a Gilmour no parece importarle. Las obras convertirán la mansión en una especie de bodega y despensa de vinos –con tienda incluida–, con un sistema de climatización «bastante ruidoso» para los vecinos y un gran jardín para el descanso de la pareja.

Además, la casa ya fue derruida en 2015 y su historia no tiene desperdicio. Durante la Segunda Guerra Mundial, los baños femeninos fueron sustituidos por un hospital provisional; más tarde, de 1999 a 2006 la casa estuvo ocupada por un grupo artístico llamado « Chalk Circle ». Tras su desalojo, la casa ha cambiado de manos hasta que en 2015 llegara a manos de Gilmour.

Los vecinos van a tener que conformarse con los sistemas de aislamiento del ruido que instale el guitarrista. Es lo malo de ser vecino de un rockero.