Matteo Messina, el capo de la mafia que que se hizo millonario vendiendo arte saqueado revela sus secretos
El delincuente ha explicado a la Policía cuál es el origen de su fortuna y la de su familia
El futuro de la mafia
Corresponsal en Roma
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Iniciar sesiónLa mafia siciliana saqueó miles de objetos de arte antiguos, llevados por traficantes a Suiza durante décadas, para luego ser vendidos a galerías y museos en Europa, países del Golfo Pérsico y Estados Unidos, y enriqueciendo algunas de las colecciones más famosas del mundo y ... museos como el Paul Getty de Los Ángeles. Por primera vez, las autoridades italianas han podido conocer, de primera mano, el papel de Cosa Nostra en el robo del patrimonio cultural italiano, gracias al testimonio del jefe de la mafia Matteo Messina Denaro, de 61 años, arrestado el 16 de enero en una clínica de Palermo, donde recibía tratamiento contra el cáncer, y después de 30 años huido de la justicia. La mafia saqueó todos los ricos yacimientos arqueológicos de Sicilia, en particular el de Selinunte, colonia griega fundada en el 650 a.C., situada en el municipio de Castelvetrano, feudo de los Messina Denaro.
Era conocida la pasión de esta familia por el arte y el patrimonio arqueológico, así como su actividad en el tráfico internacional de obras de arte. Pero es la primera vez que uno de ellos habla y cuenta detalles a los investigadores, seguramente para desviar la atención sobre su historia criminal, con medio centenar de asesinatos –entre ellos los de los magistrados antimafia Giovanni Falcone y Paolo Borsellino–, además de jugar un papel destacado en diversos atentados.
Sobre el interminable historial delictivo del último padrino de Cosa Nostra quisieron saber más detalles los magistrados de Palermo Maurizio De Luca y Paolo Guido, así como el cuerpo militar especial de los Carabineros. Pero Matteo Messina Denaro se salió por la tangente, hablando sobre cómo se había enriquecido su familia traficando con bienes arqueológicos y obras de arte siciliana, y rechazó hablar de su trayectoria criminal. El despiadado jefe mafioso negó los asesinatos y masacres y prefirió contar los orígenes de la riqueza de su familia (los medios italianos cifran en unos 4.000 millones de euros el patrimonio amasado por el jefe mafioso). Messina Denaro ofreció a los magistrados una sorprendente visión de cómo su padre, Francesco, apodado don Ciccio y también alto jefe mafioso con varios asesinatos y diversas condenas, compró todos los objetos de arte que eran saqueados por los lugareños de los parques arqueológicos sicilianos, en particular el de Selinunte, sobre todo en la décadas de 1960 y 1970. Don Ciccio se convirtió en gran conocedor de la cultura, el arte y los objetos arqueológicos antiguos griegos y latinos, según su hijo, «hasta el punto de que venían de todas partes a pedirle consejo».
En su apogeo, Selinunte llegó a tener 30.000 habitantes, sin contar a los esclavos. Fue destruida en el año 250 a. C. Durante las épocas romana, bizantina y a principios de la Edad Media fue parcialmente ocupado el territorio de Selinunte, sin recuperar nunca su antiguo esplendor. Al descubrir la riqueza del yacimiento arqueológico, los 'tombaroli' (saqueadores de tumbas) y la mafia saquearon los restos arqueológicos. Lo hicieron a manos llenas, sin apenas vigilancia. Ya en los años ochenta se creó un parque arqueológico mediante la expropiación a ochenta propietarios. Pero antes don Ciccio ya se había hecho de oro, según explicó a los magistrados su hijo. «En Selinunte había en ese momento (años setenta) mil personas y todas, incluidas las mujeres, excavaban de noche. Los que no lo hacían por la noche, lo hacían de día junto a la Superintendencia del Estado; pero cuando veían salir algo, lo tapaban y por la noche volvían para recogerlo. Mi padre –agregó Matteo Messina Denaro– compraba el cien por cien de todos los hallazgos, que luego se vendían en Suiza, antes de que llegaran a Arabia, los Emiratos Árabes Unidos y Estados Unidos. Vimos estos artículos, que habían pasado por las manos de mi padre, en museos estadounidenses. Sabíamos que pertenecían al Estado, pero no nos importaba nada», subrayó Messina Denaro.
La familia se especializó no solo en el robo de arte al Estado, sino también en el fraude para comercializarlo. «Los jarrones o ánforas desenterrados que no tenían diseños ni figuras –contó Messina– eran llevados a la ciudad siciliana de Centuripe, cerca de Catania, donde los expertos les dibujaban figuras y luego los enterraban durante cuatro o cinco años para envejecerlos, aumentando su precio de venta. Por ejemplo, si su precio sin figuras oscilaba entre 2 y 3 millones de liras, después se vendía en diez veces más».
Ya puesto, el capo Matteo Messina Denaro habló sin frenos ante los magistrados para explicar que en el arte está «el origen de la riqueza familiar», y contó otro singular episodio. «En 1978, con 16 años, estuve presente cuando un matrimonio y sus dos hijos vinieron con un jarrón y 700 monedas de plata nuevas, que ni siquiera se habían usado. Mi padre las compró por 800 millones de liras y no las vendió todas de una vez, sino en bloques de cuatro o cinco cada vez, y obtuvo más de 20.000 millones de liras». El producto de la venta se destinó a las arcas de los Messina Denaro: «Somos treinta en la familia, la mitad en la cárcel, yo mismo huyendo, proyectos, abogados… Había necesidad de dinero», explicó el capo de Cosa Nostra, que negó siempre su condición: «No soy un mafioso». La declaración del que era jefe de la mafia siciliana provocaría risa si no fuera porque, además de con arte, la fortuna familiar y personal se amasó con extorsión, narcotráfico y asesinatos. Cuando la Policía entró en su piso en Campobello di Mazara, cerca de Castelvetrano, su lugar de nacimiento, encontró una pistola en un compartimento secreto y un póster de Marlon Brando en la película 'El padrino'.
Las fuerzas del orden y la magistratura sabían que Francesco, don Ciccio, fue uno de los primeros en comprender el valor económico y social del patrimonio cultural, y que su hijo Matteo perfeccionó el método para enriquecerse, y además para utilizar el arte y el patrimonio cultural como un medio de presión e incluso terror sobre el Estado y la sociedad, como lo testimonian los atentados en Florencia, Milán y Roma en los que tuvo parte.
La familia Messina Denaro estuvo relacionada con robos de obras de arte importantes. Don Ciccio estuvo detrás del robo del Efebo de Selinunte, del 400 a.C., cuando estaba en Castelvetrano, en 1962. El mafioso arrepentido Angelo Siino dijo que Francesco Messina Denaro «había llegado a un acuerdo para embolsarse mucho dinero por el robo».
Además, la familia Messina Denaro también estuvo involucrada en uno de los robos de arte de la mafia más famosos de todos los tiempos, y que inspiró la novela de Leonardo Sciascia 'Una simple historia'. Se trata del lienzo de la Natividad con San Francisco y San Lorenzo, de Caravaggio, sustraído la noche del 17 al 18 de octubre de 1969 del Oratorio de San Lorenzo de Palermo (en su lugar hay una copia desde 2015). Muchas son las hipótesis sobre el destino final de esta obra.
Gran cantidad de arte saqueado y vendido por la mafia ha sido recuperado en los últimos años por el grupo especializado de los Carabineros en colaboración con el FBI. Pero otros miles de objetos del patrimonio italiano, saqueados durante décadas y vendidos en un comercio ilegal y sin escrúpulos, adornan casas estadounidenses y se exponen en los museos de todo el mundo. Un tesoro de valor incalculable que lleva la marca de la mafia y que, en las últimas décadas, pasó por las manos de Matteo Messina Denaro, el último capo de Cosa Nostra.
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