LIBROS

Leonardo Sciascia y el drama del caso Aldo Moro

ENSAYO

Tusquets reedita el ensayo del autor italiano sobre el secuestro y posterior asesinato del ex primer ministro

En la imagen, el cadáver de Aldo Moro tras ser asesinado por las Brigadas Rojas

13/02/2023 a las 12:22h.

Los caminos de un libro son inescrutables. Raros son los que alargan su vida en las librerías más allá de los tres meses que se les suele conceder en las mesas de novedades. Y si estos casos son raros, los que consiguen recuperar ese lugar, ... años después, son excepcionales. Generalmente, esta segunda vida suele acompañar a algún lanzamiento cinematográfico. Así ha sido con 'El caso Moro', de Leonardo Sciascia (Racalmuto, Sicilia, 1921; Palermo, 1989). Tusquets lo publicó en 2010 y ha aprovechado la serie de Marco Bellocchio, 'Exterior Noche' (Filmin), para volver a ofrecer una lectura de lo más sugerente. Frente al efectismo de la serie que Bellocchio presentó en Cannes, y también la exaltación de un Aldo Moro algo divinizado, en el ensayo de Sciascia se deslizan muchos más matices sobre lo que ocurrió en 1978 en torno al ex primer ministro italiano.

Porque si hay un caso envuelto en tinieblas, ese el del secuestro y posterior asesinato del exlíder de Democracia Cristiana, a cargo de las Brigadas Rojas. Tinieblas como el mismo hecho del secuestro, justo el día en que se ejecutaba en el Parlamento el 'compromiso histórico' que unió a la derecha italiana con los comunistas. O la duración del cautiverio, que se alargó cincuenta y cinco días entre una inoperancia policial y una desidia política sospechosas. ¿Dejaron los compañeros de Aldo Moro morir a su jefe de partido con la excusa del Estado fuerte? ¿Hubo movimientos subterráneos para forzar la crisis, como denunció la familia?

Autor Leonardo Sciascia
Editorial Tusquets, 2023
Número de páginas 208
Precio 18 euros

Esas «debilidades que mueven la política italiana» son las que Sciascia trata de desentrañar en su libro. «No creo que lo alegrara nunca el poder. Lo amó, pero también sufrió por él. Ser el mejor y tener que despreciar a los demás quizá le daba la medida cristiana de su miseria. Y esto era lo que lo diferenciaba de los demás, y la razón por la que entre todos, y en cierto sentido por ellos, fue elegido para morir», escribe de Moro el autor italiano, diputado entonces por el Partido Radical. Por esta condición participó en la comisión de investigación sobre el secuestro. De hecho, el libro tiene dos partes (o tres, si se incluye la cronología): el informe que presentó Sciascia a la comisión, donde se exponen muchas dudas sin respuesta, y el ensayo en el que el escritor -que era detractor de Moro- hace el esfuerzo de entender las decenas de cartas que el político envió reclamando que se negociara su libertad. Y aquí el pensamiento se eleva de manera excepcional sobre esa «comunión de ideas y opiniones» que redujo el debate a frases hechas; a política. Así lo resume: «El drama de que la ausencia de Moro del Parlamento, de la vida política, fuera más provechosa, en determinado sentido, que su presencia, ha sustituido, visto retrospectivamente, al drama del secuestro. Y ese, señores, es el drama».