el borde del agua
Javier Castillo: «Una cosa es lo que la gente lee y otra lo que dice la crítica literaria»
De asesor de banca a bestseller. Dos millones de libros vendidos lo confirman: su carrera va viento en popa
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Iniciar sesiónComenzó a escribir en el tren que lo llevaba a su trabajo. Entonces se ganaba la vida como asesor financiero. Hora y media de trayecto, todos los días, bastaron para gestar el fenómeno. Seis meses después de publicar su primera novela, el thriller romántico 'El ... día en que se perdió la cordura', ya había vendido 100.000 ejemplares. El éxito fue imparable. Se tradujo a 10 idiomas, se publicó en más de 63 países y acabó adaptada como serie de televisión .
Javier Castillo no se lo pensó dos veces. Dejó su trabajo en banca y se dedicó por completo a escribir. Hoy acumula seis novelas y más de dos millones de lectores: 'El día que se perdió el amor', 'Todo lo que sucedió con Miranda Huff', 'La chica de nieve' , 'El juego del alma' y 'El cuco de cristal'. Sobre el arte del superventas, la pegada del thriller español y los libros veraniegos habla el escritor malagueño, cuyas historias, por cierto, ocurren siempre fuera de España. Hace poco, Netflix anunció la adaptación audiovisual de dos de sus novelas.
—Antes de escritor, fue asesor financiero. ¿Cuál es la letra pequeña del éxito?
—(Risas) La exigencia con cada nuevo libro, porque de alguna manera te sientes más responsable con aquello que haces. No es que pierdas la libertad para crear, pero sí que eres más duro contigo mismo y disfrutas menos que antes. El primer libro lo recuerdo como un juego. Me divertía porque no me iba a leer nadie. Ahora soy mucho más exigente. Disfruto planificando la trama y los personajes, pero para mí es un sufrimiento emocional, porque critico cada palabra, me parece que todo está de más, que todo sobra, me aburro de leerme a mí mismo una y otra vez.
—¿Cuál es la compensación entonces?
—Lo bonito es que la gente quiera saber más de los personajes y eso influye, ayuda a escribir. Termino los capítulos y las novelas en alto, con esa intención. Podría continuar, pero mejor parar. La gente sí que me dice que quiere saber un poco más. Generar ese interés hace que sea más gratificante, pero igual sigues sintiéndote más responsable en cada nuevo libro.
—¿Cambian los lectores según la novela?
—Tengo un público de todo tipo, pero especialmente mujeres. La edad depende del libro. Con 'El libro de amor' tenía gente un poco más joven. 'Cordura y amor' es un público entre 16 o 30 años y los otros entre 20 y 60 años. Al tocar temas muy distintos en cada libro, he ganado lectores distintos.
—Comenzó a escribir en el tren que lo llevaba a su trabajo.
—Era horrible, 50 minutos de ida y 59 minutos en tren de vuelta. Pasé en ese tren seis años. Todos los días una hora cuarenta de trayecto. O estabas leyendo un libro o me sentaba todo ese tiempo a mirar el móvil, que es la manera más rápida de freírte el cerebro.
—¿Cuándo se impuso el escritor sobre el asesor financiero?
—Fue todo casual. Mi novela se publicó el 2 de febrero de 2017. Dos semanas antes había nacido mi hija. Durante la primera semana tras el lanzamiento, hubo cuatro ediciones. Al cabo de cinco meses, llevaba más de 100.000 ejemplares vendidos. Acabó mi baja de paternidad y volví al trabajo. Regresar a la oficina no me permitía estar con mi hija. La realidad es que había tenido éxito con el libro, así que pensé: 'es el momento de dejarlo todo e intentar escribir'. Fue una decisión más por amor que por otra cosa. El mundo del libro y escribir me darían la oportunidad de estar con mi hija.
—¿El dinero ayuda a escribir?
—Es la libertad lo que te ayuda a escribir. Si tienes un trabajo y este te permite sentirte libre escribiendo, puedes escribir maravillosamente bien. Cuando eres profesional escribiendo y tienes un colchón, gozas de una libertad enorme, si estás en un nivel de escritura profesional. Para escribir bien tienes que sentirte cómodo, tener el tiempo y la concentración.
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—¿Cuánto ha cambiado el Javier Castillo de hace siete años al de hoy?
—Ha evolucionado. Recuerdo que, al principio, cuando empezó el boom con mis libros, no había ni un solo medio que hablase de ellos o los reseñara, pero yo estaba vendiendo. No me lo creía. Con el tiempo, me di cuenta de lo que ocurría. Una cosa es lo que la gente lee y otra la crítica literaria.
—¿A qué se refiere?
—La crítica literaria busca voces y temas y las destaca. Lo concibo más como una manera de dar voz a libros que son buenos, pero que no llegarían a los lectores. Por un lado, está lo que gente lee y por otro la crítica literaria, porque se centra en dar voz a esos libros que no llegan al gran público y eso me parece maravilloso. Autores como yo, que tienen un gran tirón de público, quizá necesitemos menos altavoces, por eso las críticas y reseñas literarias suponen una oportunidad para otros escritores a los que les costaría más.
—¿Cuántos libros ha vendido?
—Hace unas semanas llegué a los dos millones.
—Es decir, el verdadero 'thriller' español es la declaración de la renta, ¿no?
—(Risas)
—Hablando en serio, el género goza de muy buena salud.
—Hubo una época en la cual, en mundo del 'thriller', predominaba el componente más oscuro. Creo, sin embargo, que existe una enorme diversidad. Lo único que tenemos en común quienes nos dedicamos a esto es que muere alguien en nuestros libros y hay que resolver ese enigma. Juan Gómez-Jurado tiene su propia voz, Dolores Redondo es complemente distinta o Eva Sáenz de Urturi, que ha cambiado sus historias. Recientemente se ha llevado sus historias a Venecia.
—Cada uno de su padre y de su madre, entonces.
—Hemos coincidido en el tiempo, claro, pero cada uno tiene su propio estilo. En este momento está gustando este género, pero recuerdo la época en la que había un 'boom' de templarios o de vampiros.
—¿Los bestsellers son para el verano?
—Sí y no. El libro perfecto para el verano depende de la persona y tiene que seruna historia que te atrape muy fácilmente. Existen personas a las que las atrapa el misterio, pero también ocurre con las tramas de amor. El verano no te permite asentar muchas ideas, quizá por la influencia de los mojitos. Hay libros que son más reflexivos y que disfrutas más perdiéndote en los detalles. Hacen que quieras avanzar y conocer más entre chapuzón y chapuzón.
—¿Es capaz de leer en la playa?
—Tengo tres hijos muy pequeñitos. Así que me la paso haciendo castillos de arena y jugando con cubos de agua. Antes solía leer en la playa, porque ahí puedes leer calmado. Si leo en casa, en el despacho, me dedico a analizar y subrayar el punto de acción. Soy un friki, pero en la playa suelo dejarme llevar.
—¿Se toman vacaciones los escritores como usted?
—No (risas).
—¿Cómo así?
—Lo que suelo hacer es reservar un espacio, por los tiempos de los que dispongo. La promoción es muy larga y compaginarla con el descanso es difícil. Intento coger un tiempo libre una vez al año. Acostumbro a irme a Londres y paso un mes allí escribiendo.
—¿Tiene algún clásico sentimental del verano?
—De un verano concreto no lo recuerdo. En mi infancia en Málaga era ir todos los días a la playa. Por eso, de niño, no asocio los veranos a leer. Todos los del barrio íbamos a la playa. Eso es más mi infancia,. Está vinculada al mundo de la playa. Muy 'Verano azul'. Ya en la adolescencia recuerdo leer compulsivamente de todo. Uno de los libros que más me marcó 'La danza de la muerte', de Stephen King y lo leí, es cierto un verano. Me encantó. Luego vas saltando de uno a otro. Recuerdo también Peter James. Creo que son los libros de mi adolescencia que recuerdo más concretamente.
—¿Qué se lleva en la maleta este verano?
—He comprado un montón de libros para leer y me he pillado El último verdugo, de Toni Hill, y 'Delito', de Carme Chaparro. Esos dos, seguro, que me los llevo. Como estaré con mi familia voy a estar en modo leer, pero, sobre todo, escribir.
—Sus libros se han publicado en casi ochenta países y se han traducido a 22 idiomas. ¿Nota alguna diferencia según el país?
—Hay países en los que los libros funcionan súper bien. Por ejemplo, en Francia e Italia la respuesta ha sido increíble. También República Checa, Eslovenia, Turquía y Polonia. Ahora acaba de salir 'La chica de la nieve' en inglés y saldrán también 'El juego del alma' y el gran salto para mí, porque saldrá en el Reino Unido.
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