Crítica De:
'En agosto nos vemos', de Gabriel García Márquez: una joyita literaria
Narrativa
Esta novela es la fiesta literaria póstuma que nos regala el gran maestro gracias al buen hacer de sus herederos
Otras críticas del autor

Merece celebrarse la decisión de Rodrigo y Gonzalo García Barcha de la que nos informa el Prólogo que firman: han optado por publicar el manuscrito que García Márquez había dejado inédito al morir, y muy corregido según se ve en las páginas que de ... él se incluyen como apéndice, e informa la nota del editor Cristóbal Pera, repleta de precisas circunstancias biográficas.
Por fortuna con 'En agosto nos vemos' ocurre lo contrario de lo que suele con manuscritos encontrados por herederos. En vez de oportunismo hay una responsabilidad que nos regalan a los lectores de su padre.
NOVELA
'En agosto nos vemos'

- Autor Gabriel García Márquez
- Editorial Random House
- Año 2024
- Páginas 142
- Precio 19,90 euros
Y además tiene el añadido de poder restituirnos del mal sabor de boca que nos había quedado con 'Memoria de mis putas tristes', la última novela que publicó Gabo en vida y que, leída junto con esta, comprendemos mejor como parte de un proyecto conjunto. Sin embargo 'En agosto nos vemos' logra mucho mejor vuelo. Hay dos condiciones que sobresalen en el estilo de esta 'nouvelle'. La primera, que es la más evidente, tiene que ver con la prosa envolvente de indiscutible originalidad con que García Márquez nos hace saborear cuanto toca. Objetos, animales, atmósferas caribeñas, hoteles isleños de burguesía ociosa, encuentros amorosos dichos y recreados con la plasticidad envolvente de la metáfora brillante, o del apunte curioso. Recrea un mundo semejante al de 'El amor en los tiempos del cólera' de un Caribe burgués con personajes cultos que degustan literatura y son amantes de la música clásica.
El centro de toda la novela es un gran personaje, Magdalena Bach, mujer que ronda los cincuenta, y que no me permitirá el lector que revele más que una cosa, ya que figura al comienzo de la novela: quiere atrapar las que podrían ser las últimas páginas de su deseo erótico brindado en oportunidades furtivas. Ya resulta curioso que sea precisamente el tema de la sexualidad prohibida de un erotismo menos convencional el que haya unido la obra de García Márquez con la de Vargas Llosa, que nos deparó desarrollos semejantes.
La prosa envolvente y original con que García Márquez nos hace saborear cuanto toca
La otra condición estilística que hace casi perfecta esta novela corta, es la estructura narrativa y su ritmo. García Márquez ordena la repetición de un motivo, que funciona narrativamente como si fuese un rondó musical, el último movimiento de una sonata romántica. No en vano se cita a Rajmáninov, o a Shubert, también el concierto de piano de Grieg, aderezados con el preciosismo de Debussy. Esta novela es una pieza musical que desarrolla cuatro movimientos en torno al sexo furtivo. Que lo sea de una mujer casada, nada casquivana, seriamente enamorada pero entrada en los pórticos de un declive, tanto sentimental como del cuerpo, hace que la novela sea al mismo tiempo una exaltación de la vida, y una fiesta reivindicativa de la libertad femenina, precisamente esa que en circunstancias semejantes solo a los varones ha concedido la literatura, si exceptuamos 'Las amistades peligrosas' de Choderlos de Laclos.
El azar
No dejo de imaginar la posible sonrisa de García Márquez en escenas que son muy explícitas (pero nada chabacanas) de la relación de cama. Hay en ellas una contenida fiesta que el lector celebra tanto como los exteriores veteados de toda esa floresta y fauna caribeña, la lluvia sorpresiva y el sensorial aire húmedo de amaneceres sin culpa. Hay un último apunte crítico que quiero traer, porque impregna mucho del estilo del autor colombiano: el azar, ese momento que podría haber sido igual para la tragedia que para la comedia, y que impregna una filosofía de la existencia madura, vital y sabia, sobre lo que la vida ofrece de oportunidad y de destino.
Otra vez un maestro de la narración en novela corta, como fueron las primeras suyas, especialmente 'El coronel no tiene quien le escriba' y esta última que, por fortuna, hemos podido disfrutar en la fiesta literaria póstuma que nos regala un gran maestro de nuestro idioma.
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