En la cocina de un gran 'best seller': «Nunca hablamos de la trama»
El escritor Juan Gómez-Jurado y su editora, Carmen Romero, cuentan a ABC cómo han gestado y manejado el éxito del millonario universo 'Reina Roja', que no deja de expandirse. Su nueva novela, 'Todo vuelve', llega a librerías este martes
Juan Gómez-Jurado se convierte en el escritor en español que más vende en el mundo
Madrid
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Iniciar sesiónDe camino al metro para hacer las fotos de esta entrevista, Juan Gómez-Jurado bromea sobre cuántos años hace que no coge uno. «Por lo menos diez», le suelta su editora, Carmen Romero. «Mentira… más bien doce», ríe él, que ya no vive en ... la ciudad.
Luego el escritor entrará en la biblioteca de Penguin Random House en Madrid, curioseará las baldas moviendo los ojos de izquierda a derecha a toda velocidad, como buscando una tabla de salvación, o quizás una cámara secreta, y entonces, después de descartar un libro de historia del arte y otro de astronomía, dirá que hace un lustro que no duerme bien. Que tiene pesadillas. Que a veces orfidal.
—¿Por qué?
—No he dormido bien nunca, pero lo de ahora es muy bestia. Desde que nació 'Reina Roja' me ha costado dormir. Creo que no reacciono bien a las buenas noticias, me cuesta mucho alegrarme de las cosas buenas. Mi reacción es la de la culpabilidad cristiana. Siempre estoy pensando: «Nos estamos riendo mucho, ya lo pagaremos».
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Jesús García Calero
Tal vez esta pueda ser una historia de años. De muchos.
Los quince desde que Juan tuvo una idea, «una idea loca, que no tenía ningún sentido».
Los nueve desde que fracasó con 'El paciente' y conoció a Carmen y ella le dijo te quiero fichar y él le contó que lo que tenía en la cabeza más que una novela era un universo literario y ella le respondió que adelante, que fuera con todo.
Los cinco desde que la saga explotó con la publicación de 'Reina Roja' y todo cambió a proporciones astronómicas, mareantes, y así hasta ahora, octubre de 2023, con él convertido en rey del 'best seller' español y ella en la editora con más presupuesto de España.
Siempre más, más, más.
Sí, esta también es una historia de cifras. Por ejemplo: tres millones de ejemplares vendidos en este país. Una serie que Amazon Prime Video estrenará el 29 de febrero. Seis novelas que son seis éxitos, y una séptima que llega la semana que viene a librerías con una tirada inicial de doscientos mil ejemplares, lo que supone coordinar a tres imprentas para llegar a tiempo: una (otra) locura. Se trata de 'Todo vuelve' (Ediciones B), continuación de 'Todo arde', que se mueve en ese mundo frenético que es también el espejo de una cabeza agitada, de tempo rápido.
«Amamos los libros por encima de todo. Se trata de contagiar ese entusiasmo a los demás»
A estas alturas, Gómez-Jurado ya ha firmado tres mil ejemplares de su nueva criatura: fueron tres días de trabajo, casi una maratón de la dedicatoria en los que necesitó varios rotuladores, un cojín para el codo y unos guantes de látex para no cortarse las manos con las sobrecubiertas de los libros. «Los comerciales me pusieron unos cascos con reducción de ruido para que me callara», recuerda él, a carcajadas. Así que acabó canturreando a Loquillo, pero acabó.
«La gente no es consciente del trabajo ya no mental, sino físico que es para el autor un lanzamiento de esta magnitud. Vamos a recorrer toda España, pero es que también salimos en simultáneo en América Latina y hay que hacer gira por allí», asegura Carmen Romero. «En realidad, nuestro trabajo, una vez que el libro está terminado, tiene mucho que ver con el entusiasmo. Nosotros amamos los libros por encima de todo. Se trata de contagiar ese entusiasmo a los demás. Transmitir ese amor, esa energía», apostilla él, después de revelar que hay un grupo de WhatsApp donde se orquestan todas las estrategias en redes sociales.
«Creía mucho en las redes sociales en 2010 y 2011, y luego poco a poco me desenamoré»
—Pero parece que casi tiene abandonado Twitter. Ya no se mete en los debates.
—Tiene que ver con un desencanto con las redes sociales. Yo creía mucho en ellas en 2010 y 2011, y luego poco a poco me desenamoré. Los últimos cuatro años han sido de odio absoluto, lo cual es muy contradictorio por mi parte. Porque es verdad que sigo poniendo vídeos en Twitter, pero es que es la única herramienta que tengo para acercarme a la gente… Aunque si mañana me dijeran que han desaparecido unas cuantas redes sociales diría: ay, qué bien, que alegría. Perdemos demasiado tiempo con eso.
Cuentan Juan y Carmen que hay algo en su trabajo de romper con lo anterior, o por lo menos buscar un camino propio, distinto, tanto en la concepción de la obra como en la promoción. «Casi todo el trabajo con la obra en sí es antes de que él se ponga a escribir. Es al revés de lo habitual, porque lo tiene todo pensado y estructurado antes de rescatarlo. Y no hablamos de la trama, aunque sea un thriller, sino de la energía de las novela». Luego él toma la palabra y apunta: «En mis libros lo que más importa no es ni la acción ni el sentido del humor ni el suspense: son historias de amor. Y en este caso más que nunca antes».
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Llevo mal las órdenes
, pero se me da bien coger la mano«
Luego añade: «No me gustan las asunciones previas. Casi todo el mundo repite negativas: no, es que las cosas se hacen así, siempre se han hecho así. Y mi manera de ver el mundo tiene que ver con el: bueno, se hacen así… o no. Muchas veces los humanos nos limitamos porque las cosas se han hecho así de una manera siempre. Hay miedo a romper la baraja». Tal vez por eso se guardaron en secreto el tamaño del universo 'Reina Roja' hasta la cuarta novela: fue entonces cuando tuvieron que revelar en la editorial que todas esas historias estaban interconectadas. A Juan, y él lo reconoce, le cuesta respetar la autoridad. «Pero me encanta trabajar en equipo. Llevo mal las órdenes, pero se me da bien coger la mano», dice entre risas.
Después de tanto, y tanto es mucho, en tiempo y cantidades, lo que más le sorprende al escritor es cómo su público ha respetado su idea, cómo han cumplido con su parte del trato. «En todos estos años no ha habido ningún idiota que haya hecho un post en un sitio que se haya hecho viral explicando los secretos de la saga. Ni uno solo. Nadie. Es muy bonito ver que los lectores están protegiendo el disfrute de los demás. Y ver que han entendido la propuesta, que gozan interconectando las tramas. Es alucinante ver una foto de un libro tuyo con cien pósits de un lector».
—Es el placer de tomarte las reglas del juego muy en serio, ¿no?
—Es que es eso de lo que va todo esto. Yo siempre entendí que la clave de la vida era tomarte muy en serio lo que haces y muy poco en serio a ti mismo. Mi idea es: nos lo vamos a pasar muy bien, pero hay que tomarse las reglas del juego en serio.
—¿Por cierto, todavía escribe en…?
—[Y pisa la pregunta]. ¿En el Valle de los Caídos? No. Ahora ya hemos encontrado en casa el equilibrio para poder no matarnos mientras estamos los dos escribiendo, Bárbara [su mujer] y yo. Porque juntar a dos escritores trabajando al mismo tiempo es difícil. Además, tenemos horarios muy distintos: ella a las siete y media de la mañana ya está tomando café y pensando a qué hora va a hacer deporte; yo a esa hora estoy intentando sobrevivir.
—Hace unas semanas George R. R. Martin y John Grisham, entre otros mucho escritores, demandaron a OpenAI por utilizar sus textos sin su permiso para entrenar a sus inteligencias artificiales. Ken Follett dijo que eso no le preocupaba lo más mínimo. ¿Es su caso?
—A mí me preocupa muchísimo, apoyo totalmente a Grisham y Martin. Ya bastante objeto de explotación somos por las multinacionales como para que encima se nutran de nuestro trabajo. Hace unas semanas me acerqué a Núria Cabuti, CEO de Penguin Random House, y le dije que si publicaba un libro escrito por la inteligencia artificial la íbamos a tener. Me dijo que no eso iba a pasar. Creo que eso lo resume todo, ¿no?
—¿Y cree que las IA llegarán a escribir buenas novelas?
—No, es imposible. Tiene que haberte dolido la espalda mientras estabas agachándote para recoger a tu hijo para entender lo que es eso. Tienes que saber lo que es eso. Tienes que reírte porque el niño está gordo, y eso no puede hacerlo un ordenador. Un ser humano está hecho con trillones de factores. Decía Harold Bloom en 'El canon occidental' que hasta Hamlet, que para él era el personaje más grande construido por un autor, con permiso de Don Quijote, palidecía al enfrentarlo a un hombre corriente. Es decir: que hasta el más enorme y gigantesco de los personajes jamás creados palidece a la hora de compararlo con el más modesto y ridículo de los seres humanos. Y sigue siendo así.
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