Haneke: «El cine de acción contribuye al entontecimiento del público»
El cineasta austriaco recibe mañana el premio Príncipe de Asturias de las Artes
manuel de la fuente
Pelo y barba canos en contraste con un traje negro de rotunda solemnidad . Y buen humor más allá de su porte de señor austriaco de toda la vida. Michael Haneke es menos solemne de lo que parece, y en la distancia más ... o menos corta de la entrevista gana en simpatía, cordialidad y en devanar un puñado de elocuentes ideas sobre el mundo y la sociedad en que vivimos. Sus películas ( «Amor» …)«Funny games», «La cinta blanca», te ponen un nudo en la garganta y te estrujan los recodos del corazón . Violencia, culpabilidad, pecados poco originales, niños a los que les meten el diablo en el alma, chavalines asesinos con las entrañas atiborradas de odio, la vejez y la enfermedad puestas sobre la mesa sin cocinar y sin hervir… el cine de Haneke no es de palomitas, sus películas son a menudo un trago indigesto, amargo, desasosegador, un descorazonador argumento para aquellos espectadores que buscan alguna respuesta en un planeta que parece que el cineasta ve camino de las ruinas . El viernes, el austriaco Haneke recibe el Premio Príncipe de Asturias de las Artes en el Teatro Campoamor de Oviedo.
-Sus películas producen angustia y desasosiego en los espectadores. ¿Tan mal nos ve, así ve nuestro mundo?
-Mire, si yo tuviera una idea, alguna idea, sobre lo que está sucediendo en la sociedad tendría la piedra filosofal, y no la tengo. Mis dramas no hacen más que poner el dedo en la llaga, aunque evidentemente no todo el mundo tiene que pasar por ese tipo de situaciones tan dramáticas.
-¿Tiene alguna solución más o menos mágica sobre lo que se puede hacer en una sociedad en crisis como la nuestra, en la que parece que tantos valores se están viniendo abajo?
-La verdad es que solo podría hablar de casos individuales. No hay que hacer generalizaciones. Quien ofrece indicaciones para todos, quienes hacen generalizaciones, son los políticos o los gurús, y yo desconfío mucho de ambos.
-En películas como «La cinta blanca» muestra cómo nace una idea totalitaria y criminal de la vida en una sociedad que parece ejemplar, entre unos niños que parecen ingenuos .
-Lo peligroso no son las ideas, el peligro llega cuando una idea se convierte en una ideología.
-¿Quiere usted decir que en estos momentos de crisis el fantasma de las ideologías del odio y de la xenofobia está volviendo a recorrer Europa como en los años treinta?
-El odio no es una ideología, el odio es un resultado. En todas partes, en todos los suelos que nosotros pisamos, surgen y nacen ideologías, porque cuando las cosas van mal siempre buscamos a alguien que nos diga qué es lo que tenemos que hacer.
-Nos habla usted de la muerte, de la incomunicación, de la culpabilidad. ¿Es esa la labor de un director de cine, de un artista?
-Todo lo malo que tiene la realidad lo ponemos debajo de una alfombra, y luego han de venir los cineastas, los dramaturgos, los artistas… para servir de aspirador y sacar de nuevo esa porquería a la calle.
-Sus películas no están exentas de vio-lencia, a menudo presentada de una forma real pero con cierta distancia, casi de una manera quirúrgica.
-Creo que la violencia debe presentarse en frío, no como se suele hacer en el cine de masas. En ningún momento he querido que mis espectadores disfruten lo más mínimo con la violencia, esa violencia que sin embargo consumen asiduamente en el cine comercial. Esa violencia sí que es tremendamente peligrosa.
-El cine no atraviesa su mejor momento, las salas se vacían un poco cada día, el cine se ve en casa, en Internet, se piratea…
-Sería un auténtico profeta si supiera qué es lo que va a pasar con el cine y con la asistencia del público a las salas. Creo que los cines están muriendo, pero no pienso que lleguen a desaparecer del todo. En mi opinión, aún hay mucha gente a la que le gusta ver el cine en sociedad, ir al cine también es un hecho social. A mí, la gran pantalla me sigue pareciendo algo único.
-¿No ha pensado en hacer otro tipo de películas, como comedias, o de acción?
-Mire, un día mi abuela me preguntó si alguna vez rodaría una comedia. Le contesto lo mismo que a ella: no creo. Tampoco haré nunca cine de acción, porque sinceramente creo que contribuye al entontecimiento del público.
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