Manolo Valdés: «¿Quién se atreve hoy a hacer un proyecto público en España?»
El creador valenciano, afincado en Nueva York desde 1989, expondrá, a partir del 8 de septiembre, seis monumentales cabezas de mujer en uno de los lugares más hermosos y emblemáticos de París, la Place Vendôme
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Iniciar sesiónSalvo una escapada los fines de semana a su casa en los Hamptons, Manolo Valdés pasa en Manhattan el largo y cálido verano haciendo lo que más le gusta: trabajar. A sus 74 años , ultima ilusionado su nuevo proyecto: una exposición ... en la Place Vendôme de París , donde se instalarán, del 8 de septiembre al 5 de octubre , seis esculturas monumentales . Son cabezas de mujer, realizadas en hierro, acero, aluminio y mármol. El artista habla, vía telefónica, con ABC. «Me habían ofrecido los Campos Elíseos, pero la Place Vendôme me gusta mucho: es un lugar muy reposado y tranquilo para ver las obras de cerca. Es para mí un sueño». La exposición, dice, completará la remodelación de la plaza. Como hay un párking debajo, ha tenido que solucionar los problemas de peso de las esculturas colocando unas bases.
Las piezas, que aún siguen en Madrid, han sido modeladas en la Fundición Capa de Arganda del Rey : «Me gusta soldar, intervenir en la pátina... La fundición es prácticamente una continuación de mi estudio». Tiene curiosidad por ver cómo quedarán en este espacio:«El lugar condiciona mucho la obra de arte. También, la mirada de los espectadores». En París, la competencia es dura (con Rodin hemos topado) y el público, muy exigente: «París es mucho París» , dice. Tendrá al mismísimo Napoleón , sin Josefina a la vista, cortejando a sus damas:«Me parece estupendo. Es un placer, un honor y un estímulo». En una ciudad tan castigada por el terrorismo, habrá un par de guardias de seguridad vigilando las piezas.
Las mujeres son una constante en el trabajo de Manolo Valdés (Valencia, 1942), exmiembro del Equipo Crónica y afincado en Nueva York desde 1989. Son mujeres atemporales, no reales. Tienen, aunque cada vez más diluidas, referencias artísticas. Ahí están sus celebérrimas «Meninas» velazqueñas: en embajadas, en museos, en rotondas... Velázquez , pero también Matisse y hasta Berruguete . Ha introducido el color en dos de sus esculturas. «Los Aretes» es de un azul intenso, «robado» a Yves Klein . «De repente apareció Berruguete, que siempre ha policromado sus esculturas. Mi obra está lejos de las suyas, desafortunadamente para mí. Pero ese fue el chispazo para pintarlas». Por vez primera ha hecho una escultura en mármol a gran escala («La Doble Imagen» mide 4,43 metros de altura y pesa 10.270 kilos). «Se ha podido vaciar el mármol y quitarle peso. Se ha dejado como una cáscara de coco de unos 5 centímetros», explica el artista.
La seis damas valdesianas lucen originales tocados, pamelas... Casualmente, la muestra coincidirá con la Semana de la Moda de París . No tiene Valdés mucha relación con la alta costura y el prêt-à-porter, pero hace años pintó un frasco de «Chanel Nº 5» : «Salí del Metropolitan, donde estuve viendo vasos de perfume de Egipto y otras culturas. Al pasar por Madison vi en un escaparate frascos de perfume actuales, entre ellos el de “Chanel Nº 5”, que ya había pintado Warhol . Me gusta acudir a imágenes que otros artistas trataron antes».
«¡Qué feas!»
La escultura pública está de moda. Rara es la ciudad que no exhibe en sus calles obras de Plensa, Moore, Botero ... y, por supuesto, Valdés. «A mí me encanta, también como consumidor. En Nueva York la hay por todos sitios. Hay comités en los barrios que se ocupan de que temporalmente haya escultura en la calle. No la conmemorativa que se instala para siempre, que termina aburriendo». ¿Pero usted tiene esculturas permanentes en lugares como la T4 de Barajas ? «La última vez que pasé por allí vi que se acercaba gente a mis esculturas. Una mujer dijo en voz alta: ¡Qué feas! No me siento bien cuando tengo escultura fija en un lugar. Uno evoluciona, cree que es capaz de hacer algo mejor y eso te crea desazón. Por eso me gusta la escultura pública cuando no llega para quedarse. Algún encargo he rechazado por inseguridad o falta de valor ». Por curiosidad, ¿le dijo algo a la señora del aeropuerto? «No, me dio pena y me reí».
Le preguntamos acerca del cierre al público de Chillida-Leku , con su espléndido jardín de esculturas. «Me parece un museo maravilloso. Eduardo estaba ilusionado con este proyecto, pero se ha venido abajo. Como consumidor no me gusta que haya tantos museos . Pero es una pena que éste esté cerrado». Y, hablando de museos, el Reina Sofía dedicó una retrospectiva a Manolo Valdés en 2006. Desde entonces, ha cambiado mucho su línea expositiva. « Me gustaría que el Reina Sofía fuera más afín , ¿por qué no? Pero, si desgraciadamente, no es así en este momento, pues qué le vamos a hacer. Ese museo tiene muchos cuadros míos, que se compraron en otro momento. Hoy están en los sótanos. Pero no los rompen (se ríe)». ¿Se considera bien tratado en España? «Cuando reflexiono sobre mi carrera no puedo estar más feliz . Tengo 74 años. He pintado y esculpido lo que me ha dado la gana, he podido enseñarlo y venderlo. Hay lugares que se te resisten, pero no tengo queja, francamente».
Escultores como Plensa no parecen bienvenidos en museos como el Reina Sofía y el Macba. «Plensa es un escultor estupendo. Es injusto que no tenga una gran exposición en el Reina Sofía y que en Barcelona su proyecto sobre el mar, que es precioso, no vaya adelante». Manolo Valdés es de los que se ensucian el mono de trabajo. ¿Qué opina de los artistas que ni siquieran se manchan las manos porque no ejecutan sus obras? Jeff Koons , por ejemplo. «Hay cosas de este artista que me interesan y otras que no. No es de mis favoritos. Pero no puede estar más lejos de mi manera de trabajar. Es todo lo contrario. No me siento bien si no intervengo en todo el proceso creativo».
Y seguimos hablando de su paisano Santiago Calatrava . ¿Qué le parece su intercambiador en la Zona Cero de Nueva York?«No está muy bien tratado en la ciudad de donde somos él y yo [Valencia]. Están constantemente hostigándolo . No puedo entender cómo se le hostiga en función de la Administración que está en el poder político. Es una cosa muy nuestra. ¿Quién se atreve hoy a hacer un proyecto público en España? Si hoy me encargaran una obra pública importante en España, desde luego no la haría ». ¿Se maltrata al artista en España? «Yo diría que se le instrumentaliza. No ha habido arquitectura tan interesante, de esa envergadura, como la de Calatrava en Valencia desde la Lonja. A unos les gusta y a otros no, pero va a quedar como un icono y eso no es tan fácil. Hace unos días volví a ver su trabajo en Nueva York. Me gusta mucho por muchas razones. Supera lo que yo hubiera hecho por su osadía y atrevimiento».
Aunque no es aficionado a los toros , no está en contra de la Fiesta y, desde luego, no acepta su prohibición:« Estoy por la libertad , como la mayoría. Es otra instrumentalización más de los asuntos públicos». Aquí seguimos con el Gobierno en funciones . ¿Cómo lo vive desde la distancia? «¡Un poco de sensatez, es una locura!»
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