Amparo Muñoz, la Venus descarriada

«La belleza frutal hirió de coz mortal a otra princesa de barriada, Miss Universo, Venus descarriada, metáfora brutal de un siglo atroz», escribió Sabina sobre esta mujer. Pocos personajes encarnan como ella las miserias de las últimas décadas del siglo XX. Su fulgor fue breve pero intenso.

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Julio Bravo

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Todo cambió en su existencia cuando Amparo Muñoz, una dependienta y taquígrafa nacida en una familia pobre de Vélez-Málaga en 1954, fue elegida Miss Universo en Filipinas. Nunca pudo disfrutar del éxito y la popularidad, amplificadas por un franquismo que quiso convertirla en un símbolo de la apertura del régimen.

Amparo se presentó cuando tenía 19 años a un certamen para elegir Miss Costa del Sol que se celebró en su localidad natal. El premio era un viaje a Lanzarote. Ganó, pero los organizadores exigieron que compitiera en el concurso para Miss España para pagar su estancia. Volvió a ganar. Y el paso siguiente fue volar a Manila, donde fue elegida Miss Universo en 1974.

«Sentía pánico por todo lo que estaba ocurriendo», dijo años después sobre aquella experiencia tras confesar que fue sometida a acoso sexual y que incluso fue llevada sin su consentimiento a orgías y tentada a ejercer la prostitución de altos vuelos.

Los organizadores del concurso de Miss Universo decidieron explotar su belleza y, durante seis meses, viajó por todo el mundo para participar en patrocinios y actos publicitarios.

Fue en esa época cuando conoció al actor Máximo Valverde, con quien tuvo una relación sentimental. Valverde animó a su novia a romper esa esclavitud y ella decidió dar el portazo. Montaron una campaña de infamias y se negaron a pagar el importe del contrato. Pero no se arredró ante las amenazas físicas y volvió a España.

No estuvo inactiva más que unas pocas semanas porque aceptó la oferta del productor José Luis Dibildos para rodar 'Vida conyugal sana' bajo la dirección de Roberto Bodegas. Fue un éxito. Demostró que era una actriz con talento y, por primera vez en su existencia, encontró un trabajo por el que sentía vocación.

Fue el comienzo de una carrera cinematográfica de una década con los mejores directores del cine español y con filmes emblemáticos como 'Mamá cumple cien años' (1979), nominado al Oscar a la mejor película extranjera. Su trabajo fue ensalzado por la crítica.

Fue durante un rodaje en 1976 cuando conoció al compositor y cantante Patxi Andión. El matrimonio apenas duró dos años y fue un infierno, según relataba la propia actriz en unas memorias publicadas al final de su vida. Andión era un hombre celoso, que incurría en malos tratos, afirmó.

Tras su separación inició una relación con el productor Elías Querejeta, que estaba casado. Fue para ella una especie de Pigmalión. Estaba fascinada por su cultura, pero el vínculo tampoco prosperó, aunque Amparo siempre habló muy bien del productor.

A principios de los 1980, conoció en México a un empresario llamado Fabio Labarca, con el que se casó en Bali, un enlace sin valor legal. Labarca incitó a Amparo a probar la cocaína y luego a inyectarse heroína. Se convirtió en una adicta a los estupefacientes.

La carrera de Amparo Muñoz entró en una espiral infernal en 1987 cuando fue detenida en el barrio del Raval en Barcelona por posesión de drogas. No se sentó en el banquillo, pero su imagen fue destruida. Su complicada vida amorosa y sus hábitos hicieron de ella un juguete roto en los medios de comunicación.

En plena cuesta abajo, fue acusada de prostitución en una revista. Y se publicó que estaba enferma de sida. Ambas cosas eran falsas. En 1991, sufrió una pancreatitis aguda y, en 2003, se le detectó un grave tumor cerebral. La mitad de su cuerpo quedó paralizado y murió en Málaga en el olvido en 2011.