Un pelotazo fallido lleva a la Fundación Selgas-Fagalde a la venta de sus cuadros

¿Qué llevó a una fundación tan importante, una de las joyas de la corona del patrimonio histórico asturiano , a decidir la venta de los cuadros de Goya y El Greco? ¿Por qué incumplieron los estatutos, que dejan claro que estos bienes tienen «carácter de no enajenable»? ¿Por qué la consejera de Cultura socialista, Berta Piñán, que tiene representación en el Patronato de la Fundación por expreso de las fundadoras, accedió a vender estas obras?

Estas son las preguntas que le hizo el portavoz de Foro Asturias en la Junta General, Adrián Pumares, a la consejera socialista y la respuesta no pudo ser más sorprendente . No solo no acudió a la reunión de noviembre en la que decidieron desprenderse de estos lienzos, sino que delegó su voto en el presidente del Patronato, el abogado y empresario Gregorio Peña Varona . Su coartada, que ese día tenía otra reunión importante relacionada con medidas para hacer frente a la crisis del coronavirus.

Aunque Piñán reconoció en la Junta General que se equivocó al confiar en la «honestidad» de Gregorio Peña, la oposición denunció dejación de funciones . Ricardo Menéndez Salmón, diputado regional de Podemos, sigue sin entender por qué la Consejería acepta esta función de control si luego no la ejerce: «Hizo la delegación a través de un correo electrónico, pero no lo hemos visto. Tampoco han hecho públicas las actas de la reunión a pesar de que Ciudadanos las ha pedido. Es todo muy oscuro. Es una negligencia política».

En el Patronato también están representados el Arzobispado, la Universidad de Oviedo y el Ayuntamiento de Cudillero, el municipio donde los Selgas levantaron el ‘Versalles’ asturiano . Ellos también votaron a favor. El alcalde Carlos Valle Ondina (PSOE) es el único patrono público que se desplazó a Ruiz de Alarcón 7 (Madrid), sede de Peña Abogados, el bufete del presidente de la Fundación Selgas-Fagalde. Los otros patronos comparecieron de manera telemática.

Pumares apunta que el control de las administraciones públicas en una fundación que se inscribió en 1992 con titularidad privada es esencial puesto que las fundadoras quisieron vincular su actividad con Asturias . En efecto, esta mención al Principado aparece en los estatutos constituyentes: «El ámbito geográfico de las actuaciones de la Fundación lo constituye el Principado de Asturias, y serán sus beneficiarios quienes acrediten ser naturales o residentes del mismo».

Pero en los estatutos vigentes esta referencia ha desaparecido . En la nueva redacción, el actual Patronato fijó que las actividades y funciones de la Fundación «se desarrollan en el territorio de más de una comunidad autónoma» y Madrid es el lugar «donde está establecida su administración y se encuentran los principales bienes patrimoniales que generan los recursos que posibilitan su vida, actividades y funciones».

Las hermanas Carmen y Manuela Fagalde constituyeron a finales de 1991 la Fundación Selgas-Fagalde con el propósito de conservar el impresionante palacio que los hermanos Ezequiel (banquero e inversor) y Fortunato Selgas (coleccionista y filántropo) levantaron en Cudillero. La Quinta está rodeada por unos jardines diseñados por especialistas formados en Versalles y la decoración del palacio incluye cuadros de gran valor (entre ellos el Goya vendido y El Greco) , cristalería, tapices y ediciones exclusivas de libros. Los activos de la Fundación, entre patrimonio artístico e inversiones inmobiliarias, rondan los 95 millones de euros.

Las Fagalde, casadas con los hijos de Fortunato Selgas, no tuvieron descendencia , como tampoco la tuvo Ezequiel. De modo que optaron por dejar en manos de la Fundación viviendas que la familia había adquirido en el exclusivo Barrio de Salamanca (Madrid). Carmen y Manuela estimaron que el arrendamiento de edificios y locales situados en las calles Jorge Juan, Velázquez o Puigcerdá generaría los ingresos necesarios para el perfecto mantenimiento del conjunto patrimonial . El objetivo era evitar en el futuro la «dispersión» de las «piezas y elementos» de la colección.

El coste de atender al mandato fundacional, en 2019, ascendía a casi 1,5 millones de euros . Al cuidado y mantenimiento de los jardines y el palacio, la partida más alta, destinaron 1,3 millones. La obligación de proteger la dotación patrimonial incluye también a todas las «edificaciones, mobiliario, colecciones artísticas y bibliográficas» de la Quinta, el mantenimiento del culto en la Iglesia de Jesús Nazareno y la concesión de becas, premios o ayudas a la investigación, teniendo siempre en cuenta que los «definitivos beneficiarios» debían ser «el Principado y sus gentes».

No obstante, todas las fuentes consultadas denuncian que la vinculación de la Fundación con Asturias es inexistente . No solo porque la Quinta apenas abre unos meses al año y en unas condiciones que han sido criticadas por los ciudadanos en cartas enviadas a la prensa local, sino porque a lo largo de todos estos años Gregorio Peña , al frente de la Fundación desde la muerte de las hermanas Fagalde, ha evitado el control parlamentario .

«La clave está en la figura del presidente. Es un hombre con mucho poder y con tentáculos en diversos campos de actividad: en la abogacía, en el rescate de empresas, en la prensa... Hasta ahora ha sido capaz de burlar el control de la Cámara», señala Menéndez Salmón. «Es fundamental saber qué ha pasado con el patrimonio de la Fundación . Deberíamos plantearnos qué tipo de gestión están haciendo para llegar a este punto», dijo el diputado de Podemos a ABC a finales de julio.

Según las cuentas del año 2020, las necesidades económicas de la Fundación Selgas-Fagalde se cifran en una deuda de 7,3 millones de euros y unos números rojos de casi 6,5 millones de euros , producto de la enajenación del ‘Aníbal vencedor’ de Goya en los balances y una drástica caída en los ingresos de sus inmuebles alquilados debido al Covid. La venta del cuadro, eso sí, le reportó a la institución que preside Gregorio Peña un incremento del dinero en tesorería hasta los 4,2 millones con los que podrá hacer frente a las deudas que viene arrastrando desde 2006, cuando se gastó 28 millones de euros en dos pelotazos inmobiliarios.

Poco antes de que explotara la burbuja financiera, Peña hipotecó el patrimonio de la Fundación con una inversión de 20,3 millones en el Hotel Sevilla Congresos y otra de 7,7 millones por dos edificios de viviendas en Madrid. El coste final del hotel, sumando otras cantidades comprometidas para pagar reformas y otras partidas, se ha incrementado hasta los 24,7 millones. Para financiar estas operaciones, la entidad pidió una primera hipoteca de 10,4 millones que a lo largo de los años ha alcanzado los 16,5 millones. Aún debe en hipotecas 6,2 millones que, unidos a otros préstamos a corto plazo y cantidades pendientes de pagar a otros acreedores, hacen que la deuda supere los 7,3 millones.

Cuando ‘La Nueva España’ publicó esta semana las cantidades de la compra del hotel , la consejera Berta Piñán reaccionó con la petición de una auditoría a la Fundación y desveló que en la reunión del Patronato de junio, en la que se aprobaron las cuentas anuales, ella votó no . Pero los detalles de estas operaciones se vienen reflejando en las cuentas, al menos, desde 2015, que ABC ha podido consultar a través del Registro de Fundaciones. Berta Piñán sí dio el visto bueno a las cuentas de 2019. ABC quiso contactar con la consejera socialista para preguntarle por estas cuestiones, pero la respuesta fue que tenía una agenda «muy cargada».

Desde que estalló la polémica , los partidos políticos asturianos se han movilizado para evitar nuevas enajenaciones. «Esos cuadros deberían utilizarse para incrementar las visitas, se podría gestionar mucho mejor, teniendo en cuenta que los jardines son caros de mantener y es uno de los objetivos de la Fundación», dice Pumares, de Foro Asturias. «Para evitar que esto vuelva a ocurrir le propuse a la consejera declarar Bien de Interés Cultural todo el conjunto de la Quinta».

Esta iniciativa permitiría al Principado tener cierto control sobre los bienes de la Fundación y, en última instancia, se aseguraría un derecho de tanteo sobre posibles ventas. Piñán recogió el guante y en mayo inició los trámites para declarar BIC el Palacio, el Pabellón Tapices, el Museo Escolar y sus jardines, la Iglesia-Panteón Jesús Nazareno y toda la colección artística y patrimonial de la Fundación Selgas-Fagalde.

Una vez iniciados, los trámites podrían llegar a demorarse hasta 24 meses. «Pero hay un problema –avisa Pumares–. La Fundación no quiere dar el inventario. Estamos intentando hacer uno en base a los últimos libros publicados por ellos, y esto les obligará a decir qué han vendido. Van a lo suyo y la batalla judicial va a ser ardua».